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XIV Carrera de las Aguas de Istán



Tras un par de años sin volver a Istán (desde el año en que la prueba hizo honor a su nombre), este año participaría de nuevo, por sexta vez.

Llegué muy temprano al pueblo y tras aparcar en las afueras me dirigí a la plaza, donde ya estaban Mariano y otro muchacho preparando el cronometraje y varios voluntarios montándolo todo.


Tras saludar a varios amigos, como Toni, del San Pedro, recogí mi dorsal, di un par de vueltas por el pueblo y me fui al coche a dejar la mochila y sentarme un poco.

Volví justo a tiempo para la salida de las categorías inferiores, que separaron por sexos para hacerlas más vistosas y sobre todo evitar accidentes en la salida.


Preciosas las vistas en Istán, en plena Sierra de las Nieves
El tiempo pasó volando viendo disfrutar a los peques y charlando con amigos de Sierra Blanca, Marbella, San Pedro o Espiel y en nada estábamos nosotros colocándonos para la salida.

Había visto pasar a un corredor con Fivefingers (en mi última participación llevaba yo las Bikila LS), pero no me dio tiempo a saludarle.

Me coloqué en la salida entre Juan Carlos Cabello, de La Senda, que en la II Carrera del Circuito de Fuengirola arrasó y otro corredor del Nerja.

Este año sería mi primera salida desde el centro de la ciudad, así como mi Carrera de las Aguas más larga, de casi 7 km.

Salí a gran velocidad bajando las callecitas hacia el mirador, girando en el colegio para volver al pueblo.

El primer kilómetro, a 3:35, pasó factura y dejé ir a la cabeza de carrera estabilizando el ritmo.

Entre el empedrado, que con las Nunche 2 molestaba a esos ritmos, los escalones y el desnivel iba desaforado, a 186 pulsaciones y sufriendo, así que aproveché el recodo de Calle Monda y las preciosas vistas de la sierra para bajar el ritmo, coger aliento y prepararme para la subida por las escaleras, que sabía que estaba cerca.

El público en Istán siempre anima muchísimo, pero en esta ocasión más aun, rompiendo en aplausos al verme ascender con huaraches, camino de un corredor de Marbella al que alcancé justo al llegar a la zona de la acequia.

Le adelanté a medio camino, pero en el descenso por la zona de tierra que va del campo de fútbol a la Avenida Juan Carlos I me adelantó, junto a otro par de corredores.

Se me metió una china en el huarache izquierdo y por más que lo intentaba no salía, pero lo que era peor es que notaba suelto el chip.

Justo al pasar por meta noté como se soltaba del todo, por lo que paré un momento para intentar cogerlo y sacar la china, pero el chip ya no estaba por ningún lado...

Segunda vez que me pasa, las 2 este año (la primera fue en la I prueba del circuito de Fuengirola, unos meses atrás) y creo que de hecho fue con el mismo cronometrador.

Retomé la marcha, aliviado por haberme quitado la china que llevaba ya cerca de medio km incrustándose en mi talón con cada zancada (aunque molesto al apoyar el pie) y me dirigí hacia los compañeros que llevaba a pocos segundos.

Por momentos me odiaba por haberme metido en semejante paliza (la primera vuelta se me había hecho mucho más larga de lo que era en realidad) después de haber pasado casi 10 días con molestias en el tobillo...

La parte positiva era que ni el ritmo frenético, ni el desnivel, las escaleras, el empedrado o el tramo de tierra me habían provocado molestia alguna en el tobillo izquierdo, así que certificaba la buena noticia que Cristian, el fisio que me atendió en casa, me dio.

Si aguantaba igual de bien el resto de la carrera, el tobillo estaba listo para los 101.

Con un ritmo no tan elevado, tanto por la molestia ahora en el talón por culpa de la piedra y porque la primera vuelta me había pasado factura, dejé atrás el colegio y disfruté de la segunda vuelta por las calles de Istán, los ánimos de los cencerros, los vítores y los aplausos.

A punte estuve de alcanzar a un corredor en el tramo de la fuente, donde Pepe Marín, del Mijas, me animó en ambas vueltas, pero en el ascenso hacia la acequia se empezó a distanciar; bajé un poco el ritmo y me adelantó un corredor alto, del club de tiburones de Estepona, al que intenté dar caza en la bajada final, sin éxito.

No se si en la primera vuelta, ocupado en quitarme la china, me había fijado o no, pero ahora había un Mercedes atravesado en mitad del carril, dejando muy poco espacio libre.

Lo sorteé, volviendo ya al asfalto y me dirigí hacia la meta saboreando el momento, al no tener a nadie por delante a tiro ni cercano por detrás.

Finalmente crucé la meta pasando unos segundos los 30 minutos, el tiempo que me había propuesto como aceptable teniendo en cuenta que se corría en Istán... y eso sin conocer el circuito.

Les comenté a los cronometradores que se me había perdido el chip (me recomendaron colgármelo del dorsal para otra ocasión) y me dijeron que no había problema; muy profesionales, como es habitual.

Fui a por mi bebida, me acerqué al coche para avisar de que había acabado a familiares y amigos y volví para ver mi posición, 5ª en la categoría y 14ª absoluta.

Nada mal, pero lo mejor, salvando la leve punzada en el talón al apoyar el pie izquierdo, fueron las sensaciones en una carrera muy dura y exigente, que me refuerzan muchísimo de cara a los 101.

Finalmente no creo que los corra en sandalias debido a la previsión de lluvia de esta semana (es un engorro correr con huaraches en zonas embarradas...), pero las llevaré y según vea el terreno por los foros, me lo plantearé.

Esto es todo por el momento, ¡nos vemos en Ronda!

Lo mejor

-El circuito merece mención especial; para el que no conozca Istán le va a sorprender y para el que lo conozca, no decepciona nunca... pasan los años y en estas 6 ediciones siempre he acabado con muy buen sabor de boca.

-Pese al paso de los años y la burbuja del "Running" que todo lo encarece, sigue siendo una prueba gratuita para los niños, para los adultos, 2 euros simbólicos dan para camiseta técnica, bocata, bebida, cronometraje con chip... 

-La Carrera de las Aguas es una fiesta del atletismo para toda la familia, disfrutando los peques de todas las edades en cada una de sus salidas antes de la salida de la carrera de los mayores.

A mejorar

-Esta es una de las pocas pruebas a las que, ni rebuscando, le podría poner un solo "pero". De 10, muy recomendable para todos los públicos, para mi es una prueba fija siempre que puedo acudir a la cita.

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