La segunda noche en el Algarve estuvo pasada por agua, de acuerdo al pronóstico meteorológico, y aunque al amanecer el cielo seguía teñido de un amenazador gris oscuro y todo estaba mojado, en el momento en el que desperté no llovía. Curiosamente, pese a encadenar la Corrida de Corta Mato y la Corrida na Praia no me sentía cansado, aunque con el pronóstico de lluvia pensé en dejar las Fivefingers de lado en esta ocasión (quería repetir tras el buenísimo resultado de la media de Málaga corriendo de nuevo los 21097 metros con ellas) y correr con las Skechers de trail, que me responden bien sobre asfalto. Los horarios de los portugueses para comer son un tanto extraños y la noche anterior cenamos galletas y cereales, al encontrarnos con todo cerrado, pero aun así tampoco tenía mucho apetito.