Por segunda vez en dos semanas me disponía a recorrer una distancia superior a los 42.195 metros del maratón, que superé por primera vez en Ronda, corriendo el Homenaje de la Legión . A diferencia de en esa carrera, esta vez no estaba al 100%, había pasado la semana con una mezcla entre resfriado cogido al pecho y gripe y llegaba con pocos kilómetros en los últimos días y el cuerpo bastante machacado. En 2011, en la media maratón de Marbella corrí con gripe, y me prometí a mí mismo que sería la última vez que lo haría (casi llego a 1:50:00, fue mi peor registro y la carrera en la que más sufrí en años, aunque por suerte no recaí y me recuperé adecuadamente). Esta ocasión llegaba sin fiebre pero con una gran congestión, y una tos bastante puñetera que me tuvo media noche en vilo.