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II Carrera Circuito de Fuengirola 2017


La cuarta carrera de la temporada y segunda del Circuito de Fuengirola llegaba un auténtico domingo estival, en el que cerca de las 8 me encontraba ya trotando.


Tras darle dos vueltas con fixo al chip alrededor de las Nunche 2 (a fin de evitar lo que pasó en la I Carrera del Circuito de Fuengirola) y a que aun no se había elevado en el cielo el astro Rey, fui bajando a casa de mis padres, al lado de la salida.



Tras visitar a mis padres, para felicitar el día a mi padre y ver como evolucionaba el recientemente esguinzado tobillo de mi madre, me dirigí al Recinto Ferial, donde se ubicarían la salida, meta y gran parte del recorrido.

Me entretuve con mis padres hasta cerca de las 9:30 y me sorprendió la enorme cola que me encontré para recoger el dorsal, a tan solo 30 minutos de la salida.

Por suerte, rápidamente se desdobló la cola para acelerar la recogida, pero entre los inscritos de última hora (llegaron incluso a acabarse los dorsales) y algunas incidencias con las inscripciones ya sabíamos que tardaríamos en tomar la salida más tiempo del estipulado.

En cola de recogida; instantádea de Francisco de Molina, galería completa aquí.
Fui saludando a otros compañeros del club y corredores y a conocidos de otras pruebas y tras alguna foto de grupo me dirigí a la Peña Madridista, desde donde comenzaría la prueba.

Algunos de los miembros del Club Atletismo Fuengirola que acudimos a la cita
Me sorprendió mucho encontrarme a Claudio Sepúlveda sobre una bicicleta, pero por lo visto, una calcificación le impide correr por el momento… espero que la recuperación sea breve, ya que retiene a uno de nuestros mejores atletas locales.

Hacía ya bastante calor no eran pocos los corredores que se resguardaban del sol bajo la estrecha sombra de las casetas.

Poco a poco fueron asomando los cracks que se disputarían el evento, como Antonio Caba, Bodo Kieckbusch, el máquina del Nerja Pablo Comino…

Tras reunirnos Agustín para informarnos de recorrido nos aunció que se retrasaría la salida, así que me puse a charlar con León, Francisco Merino, Salvador Corral y otros corredores que compartimos zona de salida.

El circuito iba a ser diferente al del año pasado, con una vuelta interior en el Recinto Ferial y luego 2 con salida al exterior, discurriendo por la Avenida Jesús Santos Rein hasta la rotonda de los caballos y vuelta al Recinto Ferial.

Finalmente, bajo un sol más propio de mayo que de marzo, comenzó la prueba.

Finalmente daría comienzo la prueba, sobre las 11 menos 25...
¡Estampida!
Rápidamente se formó un grupo aventajado, tras el cual me situé, aprovechando el ritmo que marcaban para probar mis sensaciones y ver cómo planificaba la carrera.

Tras los máquinas...
Luchando por no despegarme en exceso

¡A todo pulmón!
Llevaba varias semanas superando los 140 km semanales y precisamente el miércoles había tenido tirada de 49 kg con mochila cargada, pero me encontraba fenomenal, así que decidí apretar los dientes y pegarme al grupo todo lo posible… hasta la tachuela del cruce que sigue hacia la “Plaza de los Chinos”.

Ahí decidí dejar más espacio entre la cabeza de carrera y mi posición, ya que el ritmo era muy elevado (por debajo de 3:10) y tratar de mantenerlo desde el primer kilómetro iba a ser una misión suicida.

Me puse justo a la espalda de un muchacho muy joven del Torremolinos, Lucas Fernández, que suponía que tenía mucha más calidad de la que dejaba entrever porque se le veía muy entero para ser cadet

No sería el primero que me sorprendiese ocupando los primeros puestos absolutos con su edad, pero quedaban aun 4.500 metros para comprobar si se estaba pasando de rosca o no; yo, por lo menos, iba cómodo.

Giramos a la izquierda para volver a la zona de las casetas y bajé a toda velocidad, a apenas unos metros de la cabeza de carrera, que al pasar a la Avenida por la rotonda del gitano a caballo comenzó a estirarse un poco.

Lucas comenzó a despegarse un poco llegando al giro previo a la rotonda de los caballos y vi que perdía fuelle, así que me puse a su par y le animé a pegarse a mí.

Giramos, muy cerca de la cabeza de carrera, que poco a poco iba alejándose algunos centímetros más de nosotros.

La vuelta al Recinto Ferial me resultó confusa, ya que vi unos conos y si no me dicen nada sigo hacia el parking de las autocaravanas; ahí ajusté un poco el ritmo y avancé codo a codo con Lucas.

El brazo de Lucas y servidor, siguiendo a Raúl, más distante
Raúl Sudri fue el siguiente en comenzar a despegarse del frenético ritmo impuesto por la cabeza de carrera, aunque se perdió tras el giro a la izquierda de vuelta a la calle central del Recinto Ferial mucho antes de estar al alcance de nuestras piernas.

Cuando giramos nosotros, Lucas me preguntó si esta era ya la última vuelta y por un momento me hizo dudar, pero tras un rápido vistazo a mi GPS le dije que aún quedaba la última y noté como le cambiaba el gesto.

Cedió un poco de terreno, pero escuchaba sus pasos muy de cerca; yo había estado guardando fuerzas, así que, ya doblando corredores, entré por meta por penúltima vez, cogiendo con fuerzas la Avenida.

¡Última vuelta!

Comenzando a despegarme de Lucas...
Para sorpresa de muchos, los corredores más jóvenes del grupo de cabeza galopaban en escapada, mientras los veteranos se esforzaban por seguir su estela…

Estaban al alcance de la vista en todo momento, pero no al de mis piernas… ni si quiera Bodo y Raúl, que en el giro de 180º para recorrer la avenida de vuelta pensaba que podía llegar a alcanzar, pero al estirar de nuevo tras el giro volvieron a poner una infranqueable distancia de por medio.

No estaríamos a más de 15 segundos de distancia, pero en una prueba de 5 kilómetros, a un ritmo cercano a 3:30 minutos el kilómetro hay muchos metros de distancia…

Enfilé la subida con fuerzas, animando a otros corredores a mi paso y siendo yo mismo animado por curiosos y corredores (más de uno me rebautizó como “el de las chanclas” o “el Arrebato”)

Me llamó la atención una corredora que competía marchando, junto a la que pasé ascendiendo la tachuela por última vez; es poco habitual ver a marchadores en carreras populares, desde que coincidí con Bernardo José Mora en las II 24H Run de Las Palmas no coincidía en carrera con uno (una, en este caso).

Giré a la izquierda por última vez, tras la estela de Raúl y Bodo, aceleré todo lo que pude en la recta, progresivamente, para acabar con un buen sprint en meta, pero me fue imposible alcanzarlos.

Tardé en parar el crono, pero era posible que incluso hubiese superado mi mejor marca personal en la distancia; estaba pletórico.

Cogí un botellín de agua y felicité a los recién llegados a meta, sobre todo a Juan Carlos Cabello, que el año pasado entró dos segundos detrás de mí a meta y este año se proclamaba subcampeón absoluto.

Me acerqué a saludar a mis padres y estuve charlando con amigos y conocidos mientras corrían los peques.

Curioso fue el caso de Antonio Aranda y su pareja (he olvidado su nombre ¡mil disculpas!).

Se acercó a saludarme ya que le había llamado la atención que corriese con sandalias y me comentó que un amigo suyo también corre con ellas; de hecho, él mismo había probado las sandalias, pero una transición demasiado acelerada le llevó a lesionarse, por lo que acabó dejándolas.

Pues resulta que su amigo es un amigo común, José Manuel Rebollido Vidal (Cai.man), gran atleta y mejor persona al que conozco tanto del antiguo Ultra Trail 7 Playas como las 24 Horas Solidarias La Breña Xtreme.

Estuvimos charlando durante las exhibiciones de baile y zumba, así como después con Fran Merino y Alvarito, mientras se esperaban los listados finales de premios, que ralentizaron la entrega de premios.

De izquierda a derecha, Fran Merino, Servidor y Pedro Cuadrado, podio senior
Finalmente, con un todo más de color por el espectacular día que hizo y con la medalla al cuello, me despedí de mis amigos y me dirigí a casa de mis padres a celebrar el día del padre.

Como siempre, me despido con lo mejor y lo peor de la prueba, ¡un abrazo!

Lo mejor

-Circuito muy llano (salvo la tachuela el desnivel es muy poco significativo), rápido y bien medido (me salieron 5120 kilómetros, que con los giros y el error del GPS pueden ser perfectamente los 5 clavados)

-A diferencia de la primera carrera el día sí que acompañó, siendo la participación todo un éxito; una pena que se acabasen los dorsales in situ, aunque el fallo es más del corredor, por no inscribirse con tiempo, que de la organización.

-El ambiente fue fenomenal y las actuaciones gustaron tanto a niños como a grandes, fue un buen entretenimiento mientras se ultimaban los detalles de las clasificaciones.

A mejorar

-La entrega de dorsales ralentizó la salida; parcialmente también culpa de nosotros, los corredores, por no llegar antes.

-Del mismo modo, algunas incidencias en las llegadas a meta ralentizaron la entrega de premios.

-Por último, como opinión personal, pienso que las medallitas podrían haber tenido un diseño más original, con alguna imagen más representativa que el cartel de la prueba o al menos la posición, pero es solo un detalle sin importancia; como digo siempre, den o no premio y sea como sea, lo fundamental es que la experiencia sea como fue, de 10.

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