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V Carrera Familiar Solidaria Fuengirola


Por fin, tras casi un mes, esta semana acumulaba más de 90 kilómetros corriendo sin molestia alguna y afrontaba la primera competición sin dolores en el pie izquierdo desde la Carrera de las Aguas de Istán.

Aun así no me quería confiar y llegaba a meta con los 10 mm de suela de las Enix 100, que al estar mucho menos machacadas que otros modelos, me proporcionan mucha seguridad; además, usaba doble sujeción, para mantener el pie en su sitio.


Nada más llegar me encontré con un compañero que me ofreció un flyer para el II Trail Nocturno La Jábega, el 5 de agosto (si puedo trabajar ese día de mañana allí nos veremos) y rápidamente empecé a saludar caras conocidas y a compañeros de club.


Con Gary, que viene de arrasar en los Parkrun de UK.
Mientras los peques iban disfrutando de sus pruebas nos fuimos poniendo al día y antes de coger posiciones para la carrera grande nos juntamos todos los posibles para una foto de familia, aunque como siempre, hubo varios que se quedaron desperdigados.


Gran parte de la representación del Club Atletismo Fuengirola
Una vez que acabaron las pruebas de los peques, con algo de retraso, el sol ya iba cayendo a plomo, como viene siendo habitual en la prueba... al amanecer el día nublado y con algo de brisa parecía que este año el calor iba a respetar, pero no hubo suerte.


Mis Enix, con la doble correa, y las de mi madre, simples

No soy de colocarme en primera línea de salida, ya que por lo general, aunque entrene mucho, en pruebas cortas no soy rápido (y en pruebas largas la diferencia entre salir el primero y en mitad de pelotón no suele influir apenas), pero hoy hice una excepción, al estar la primera línea de salida conformada por niños.

De hecho, se avisó por megafonía de que al ser la salida conjunta de la carrera popular y la "pro" (de 2 vueltas y cronometrada con chip), era recomendable que los niños se colocasen más atrás para evitar ser arrollados (aun recuerdo una media de Motril donde a un hombre hecho y derecho lo arrollaron en la salida y vi desde un palmo de distancia como un corredor le pisaba en el centro de la espalda...).

Me encontré con Miguel Ángel, profe de E.F. del Colegio Acapulco, quien ha dirigido varias de mis prácticas escolares y hoy venía con otros compañeros, así como con Corral, Adrián y los favoritos, Antonio Caba y Cristián Benítez.

Entre ellos me coloqué, saliendo por primera vez en mucho tiempo en primera fila.

Me coloqué entre Caba y Cristian, saliendo con mucha cabeza y dejando que se adelantasen ya antes de salir del propio puerto (soy muy consciente de mis capacidades y conozco el circuito muy bien, no tenía sentido aguantarles el ritmo).

Ascendí al Paseo Marítimo junto a Corral, en tercera y cuarta posición y justo cuando le decía que el ritmo que llevábamos era el propio, un corredor pasó como una bala a nuestro lado e instintivamente me coloqué a su par.

Avanzaban Caba y Benítez en primera y segunda posición, uno tras otro, y a unos 50 metros este corredor y yo, en paralelo.

Fuimos adelantándonos mutuamente hasta llegar al giro del Monumento Romano, tirando uno cada pocos metros y aunque en el giro le dejé distancia para abrirme bien y coger la curva con potencia, en seguida avancé unos metros de más para empezar a tirar.

Sabía que el ritmo era muy elevado, pero no tenía molestia alguna y entre verme en tercera posición por momentos, los ánimos de público y corredores y el subidón propio de la situación, decidí jugármela y apretar los dientes.

Llegamos juntos hasta la subida a C/ Jacinto Benavente y en la subida metí una marcha más; Caba y Benítez bajaban por el otro lado de la calle mientras nosotros teníamos aun media subida larga por delante.

En la bajada hacia el puerto me comencé a destacar, pasé por la salida y me concentré por si oía pasos cercanos (no era momento de girarse).

Me pareció que no oía nada, cosa que confirme al girar a la izquierda para subir de nuevo al Paseo Marítimo, al girar levemente el cuello.

La situación iba a ser más dura de lo que había previsto y no había pensado en que en la primera vuelta, al ir tirando con el otro corredor, los kilómetros habían pasado rápidamente y tenía una referencia de ritmo justo al lado; ahora me tocaba recorrer casi 4 kilómetros tirando en solitario...

Caba y Benítez se perdían en la distancia y los corredores que venían por detrás tenían varios metros por delante antes de alcanzarme (y era mi objetivo que la distancia no menguase).

Aun no había mirado el gps en toda la carrera y no quería hacerlo, tenía que concentrarme en el ritmo y la respiración, por lo que me puse un número de respiraciones máximas cada cierto número de farolas y trataba de mantenerlo; al respirar rítmica y profundamente, si lo mantenía, el ritmo sería similar...

Fueron muy importantes los ánimos del resto de corredores, sobre todo cuando, una vez empezada la segunda mitad de la segunda vuelta, comencé a doblar corredores de la prueba popular, que además de abrir paso la mayoría (un organizador en bicicleta se encargaba de ir abriendo los "tapones" que no se percatasen de que comenzábamos a llegar los primeros de la prueba "pro"), nos dedicaban unas palabras de aliento o aplausos.

Tenía la sensación de que en cualquier momento podían adelantarme y no quería perder la situación, así que eché un ojo al gps y en vista de que quedaba poco más de kilómetro y medio, volví a apretar el ritmo, por última vez.

Llegando al giro hacia C/ Jacinto Benavente ya bajaban Caba y Benítez, subí la calle a todo gas, comprobé aliviado que el colchón de metros que llevaba de ventaja seguía siendo importante y me permití disfrutar la última bajada antes de darlo todo en el último giro de entrada a meta.

Me chocó mucho que justo antes de entrar a meta se anunciase la entrada a meta del tercer corredor de la categoría "pro", ya que no había absolutamente nadie entre los primeros y yo, pero pensé que sería un error.

Había llegado con muchísima sed a meta, así que tras hidratarme y comerme media naranja me dirigí al kiosco de tiempos y comprobé que, efectivamente, en el papel aparecía como cuarto.

Me acerqué a cronometraje para comentárselo a Mariano y me dijo que solventaría la incidencia (un corredor de la carrera "pro" pasó por meta habiendo completado una única vuelta, espero que no con mala fe, aunque no entiendo por qué, si decidió acabar antes, no se quitó el chip).

Fueron llegando compañeros, con los que iba charlando, como Álvaro, que se encuentra en un puesto de difícil desempeño en Algeciras, por lo que antes de darme cuenta ya estábamos con la entrega de premios.


Servidor, Antonio Caba y Cristian Benítez, un placer compartir podio con semejantes "bichos"
Salgo muy reforzado anímicamente de la prueba al comprobar que puedo volver a correr duro sin molestias y especialmente contento al colarme entre los 3 vencedores absolutos de la prueba.

Como siempre, me despido con lo que más y menos me ha gustado de la prueba, ¡nos vemos en la siguiente!

Lo mejor

-Al igual que el año pasado, el avituallamiento ha sido abundante; no puede faltar el agua en estas fechas en cualquier prueba, especialmente entre los más pequeños.

-Me parece fenomenal premiar a los centros con más participación, ya que es la forma perfecta de animar a las nuevas generaciones para practicar deporte.

-Como viene siendo habitual, el ambiente ha sido fenomenal, teniendo este año los más peques dos salidas con pendiente a favor para que los peques pudiesen completar la prueba sin problema y los grandes observarlos desde arriba sin perder detalle.

A mejorar

-Sigo pensando que la prueba tiene potencial para convertirse en un 10k realmente rápido, ya que si se alargase algo más de kilómetro y medio hacia Carvajal y se evitase el bucle de C/ Jacinto Benavente la prueba es prácticamente recta y sin apenas cuestas; entiendo que no es lo más importante en una prueba solidaria y familiar, pero de cara a la prueba "pro" podría ser interesante.

-Se tardó más de lo estipulado en comenzar las pruebas popular y "pro", aunque entiendo que en parte se debe a las recogidas de dorsal de última hora; el tiempo justo para que terminase de abrir el día, una pena por el calor que sufrimos.

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