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II MLK Trail


El año pasado afronté un "gili-reto", como los denomina Novatillo, en el que en menos de 12 horas me metí entre pecho y espalda la I edición de la MLK Trail y la XXXVII Minimaratón Peña el Bastón; bueno, sería solo el comienzo, ya que este año el reto subiría de nivel.

Afrontaría 2 trail consecutivos en ese mismo periodo de tiempo, con cerca de 4 horas para dormir entre ambas pruebas y sumando casi 3000 metros de desnivel acumulado y 23 kilómetros.

Pero empecemos por el principio; gracias a Cristóbal (@Traveloide) pude llegar directamente a la prueba, ya que se ofreció a recogerme el dorsal  y entregármelo prácticamente en la línea de salida.


A las 21:20 estaba en el Cine Albeniz, donde me encontré a Javi, del Club Atletismo Fuengirola calentando, y me guió hasta donde se encontraba Cristóbal.

En cuestión de 5 minutos estaba ya "dorsalizado", con el frontal preparado y mentalizado para salir, aunque llegaba algo preocupado por las piernas algo cargadas tras el último simulacro de carrera previo al Ultra Trail Tabernas Desert (25 km con 2110 metros de desnivel acumulado en algo menos de 2 horas 40 calzando las Luna Sandals Oso, la jornada anterior).

Agujetas y fatiga muscular aparte, una extraña molestia en mi aquiles derecho me había llevado a guardar todo el reposo posible tras esa dura sesión, pero ya en situación, a 15 minutos de la salida y envuelto por el ambiente fantástico de la prueba, ni me acordaba de él.

Como en la anterior edición, una de las grandes bazas junto con la originalidad de la prueba es el ambiente, con cerca de un millar de corredores iluminando Calle Alcazabilla, y un muy buen hilo musical.

Me encontré a corredores a quienes no veía desde la pasada edición de la prueba (y a algunos, como Baptiste, con quien no coincidía desde el V Animal Trail) y a otros que me encuentro semanalmente prueba a prueba ¡no faltaba ninguno!

En cuanto acabó la Milla Romana me despedí de Mayte (mi prometida), Angie (mi cuñada) y Cristóbal y me dirigí al cajón de salida, donde pude ocupar una buena posición en segunda línea, al lado de Javi.



Ya en el cajón y para mi sorpresa, nos encontramos con Rocío, Roger y Manolo, compañeros del Club Atletismo Fuengirola, que habían venido a animarnos, y poco después, con Alex Barrera, un pedazo de atleta con el que no recuerdo cuanto hacía que no coincidíamos, pero podía ser perfectamente desde la pasada edición de los 101 km de Ronda 2014.

El ambiente se tensaba, quedaban tan solo un par de minutos para la salida...

Gracias a fotodelrunners.wordpress.com por la instantánea
Los voluntarios quitaron las vallas, avanzamos una decena de metros para "abrir" un poco la boca de la salida y comenzamos a encender los frontales.



El año pasado salimos hacia abajo en Calle Alcazabilla, esta edición, ascenderíamos.

Un voluntario nos pidió a  la cabeza de carrera (bueno, les pidió, yo no me di por aludido porque pensaba hacer una salida con cabeza y ver como reaccionaban las piernas) que no adelantasen a las motos de policía hasta completar el pequeño bucle de Plaza de la Merced, por seguridad, que una vez empezase la subida se dejase atrás "si queríamos".

Comenzó la cuenta atrás y... ¡salida!




Tuve que salir fuerte para abrirme espacio, ya que los corredores de los laterales habían comenzado con un potente sprint y comenzaban a "meterse" hacia la zona central de la calle, pero con un rápido zigzag me coloqué justo detrás de Alex, mientras otros corredores mas audaces (o mejor preparados) se colocaban justo detrás de la moto de policía.

Estuve en el grupo de los 5-6 primeros atletas hasta finalizar la vuelta a la Plaza de la Merced entrando en Calle Mundo Nuevo, pero eché una rápida ojeada al crono y marcaba un ritmo de casi 3 min/km (por debajo), de suicidio para mi, que soy corredor de fondo, así que aprovechando el comienzo de la subida estabilicé el ritmo y me despreocupé de que me adelantasen otros corredores; yo tenía mi estrategia.

Justo en el giro que daba comienzo a la subida un corredor con camiseta azul me saludó, aunque no conseguí recordar quien era en ese momento...

Una veintena amplia de personas me adelantaron antes de que mi GPS marcase el paso por el primer kilómetro (en 4:15 minutos), y al menos una docena más en los siguientes 500 metros, en los que ya algún corredor intrépido comenzaba a "descolgarse" y resoplaba con dificultad mientras yo avanzaba con paso firme.

Fui con ritmo constante hasta que entramo en el Camino del Gibralfaro, donde, recordando que pronto vendría la bajada, apreté un poco y cogí a un corredor con rastas que había pasado como una centella a mi lado al salir de la Plaza de la Merced; me costó alcanzarlo, pero como ya empezaba la bajada no tuve ni que cambiar el ritmo para comenzar a recuperar.

Me dejé caer por el pedregoso descenso en zigzag, a un ritmo frenético y adelantando corredores por pares.

En una de las curvas oí la inconfundible voz de Francisco Viegas, de Marbella (fue uno de los colaboradores en la organización del II CxM Sierra Blanca), que me animaba con un deje sorprendido en la voz, quizás por el frenético ritmo de bajada que llevaba.

La zona de las escaleras, que ya conocía del año pasado, las recorrí dando grandes saltos, uno cuando era posible y dos cuando caía demasiado lejos del borde del escalón, pero recordaba que fuese un tramo mucho más largo, cuando me quise dar cuenta estaba saltando de 3 en 3 los escalones que nos conducían a los pies de la Alcazaba.

Hacía bastante que no me adelantaba nadie y yo había perdido la cuenta de las posiciones que había recuperado, pero llevábamos algo menos de 3 kilómetros y medio y quedaba aun mucha prueba, no quería confiarme.

Los voluntarios nos ofrecieron agua en el giro hacia el Paseo Don Juan Temboury, donde escuché voces de ánimo conocidas, y junto al corredor que tenía entre ceja y ceja en ese momento, me interné en el túnel que nos llevaría de nuevo a la Calle Mundo Nuevo.


Ascendiendo de nuevo por las rampas de la primera vuelta el corredor de fosforito que aparece tras de mí en la fotografía, del Club Deportivo Carranque, me adelantó, y durante un instante dudé si seguirle o no.

De comenzar con las piernas cargados y preocupado, tras una vuelta reservando energías, llegaba a la segunda y última vuelta prácticamente fresco, sin rastro de molestia ni fatiga, y decidí pegarme a este corredor, a quien le mantuve el ritmo hasta que llevamos de nuevo al Camino del Gibralfaro, donde me dejó ligeramente atrás.

Fue principalmente por dos motivos, el primero, recordaba que en la segunda vuelta había un tramo de campo a través y había pensado atacar ahí, y el segundo, al mirar el GPS vi "191 pulsaciones", una cifra que ni si quiera había alcanzado en la prueba de esfuerzo, lo que validaba en mi caso la fórmula de Tanaka.

Necesitaba recargar energías antes de afrontar el tramo final, no se escuchaban pasos desde hacía bastantes metros, pero el corredor objetivo del momento me acababa de dejar atrás, necesitaba recordarme por qué tenía que darlo todo.

Sin bajar demasiado el ritmo cerré los ojos, aspiré hondo, llenándome los pulmones con ese olor a pino tan característico de la Alcazaba, y recordé la multitud de pruebas que había afrontado desde la I edición de la prueba el año pasado, los 101, mi debut en triatlón, la lesión, el accidente de bici... y en cuestión de segundos volví a apretar el acelerador, ya sin pensar.

Para mi sorpresa bajamos de nuevo por el mismo tramo que en la primera vuelta, en el que dejé que mis pies volasen por los escalones, derrapando en los giros de 180º cada vez que descendíamos un nivel.

Me iba aproximando al corredor de fosforito, pero todavía me sacaba algunos metros...

Los voluntarios nos animaban tramo a tramo, y al llegar a la zona de las escaleras, en la que ya doblábamos cada pocos metros, nos pidieron precaución en la bajada y que ocupásemos la zona izquierda de las escaleras.

Ya sabía que no quedaba nada para la meta, así que apreté el paso, casi olvidándome de respirar, y en cuanto me di cuenta estaba ya en la entrada de la Calle Alcazabilla.

El corredor de fosforito se me había escapado, pero lo había dado todo por alcanzarle y mi cuerpo había respondido a la perfección, no podía estar más orgulloso.

Alcé los brazos para parar el cronómetro y pasé por meta (aunque con la emoción del momento no atiné y lo paré unos segundos después, en 29:44).


Mayte, Angie y Cristóbal acudieron al instante a recibirme, felicitándome por la marca obtenida y me comentaron que había entrado entre los 10 primeros atletas de la prueba.

No me lo podía creer, así que, tras coger un vaso de agua, acudimos a la pantalla donde según entraban los corredores se iban registrando los tiempos, pero no aparecía.

Se lo comenté al informático que supervisaba la prueba, junto con otro corredor del grupo de cabeza, y tras un par de idas y venidas y cotejar tiempos, acabé apareciendo en la clasificación; ¡era el segundo clasificado de mi categoría!

El primer había sido el ganador absoluto de la prueba, así que repetiría podio, un año más...

Los corredores fueron llegando y me encontré con multitud de atletas conocidos, el corredor de azul, a quien no conocía realmente (pero nos conocimos en la prueba), un par de corredores de los Beer Runners, una pareja de La Senda, Daniel y Francisco y Juane Viegas, de Marbella, así como Chari, una de las voluntarias que me animó en mis descensos por los tramos de escaleras...



El motivo por el que no aparecíamos muchos de los corredores en las clasificaciones provisionales fue un problema informático, que retrasó ampliamente la entrega de premios, en la que finalmente no obtuve trofeo al haber otra incidencia y encontrarme en la tercera posición de mi categoría (¡mala suerte!), pero como ya estábamos allí esperamos a que se entregasen todos los premios de los atletas que ya conocíamos, entre ellos, Teresa, compañera de equipo del Campeonato Andaluz de Cross Universitario.

Esta ha sido la prueba en la que mejor me he encontrado, pese a la fatiga inicial, en varios meses, una forma impecable de acabar la primera parte de este nuevo "gili-reto".

Para finalizar, dejaré una serie de comentarios con lo mejor y peor de la prueba, a fin de sugerir, de forma totalmente subjetiva y desde mi experiencia personal, qué sería conveniente mantener y qué podría cambiarse de cara a futuras ediciones para hacer la prueba aun más atractiva.

Lo mejor

-Las camisetas, 42k running, muy vistosas y con modelos para hombre y mujer.


-El recorrido, como el año pasado, con preciosas vistas de Málaga, y que ha ayudado a que se saliese con más cabeza este año, aunque personalmente eché de menos el tramo de campo a través.

-El ambiente, pocas pruebas congregan un millar de corredores, lo que sin duda ratifica la organización de la prueba gracias a su masiva respuesta y poco a poco la consolida dentro del calendario particular de los corredores malagueños.

-Los voluntarios, atentos, amables y animando hasta más que el público, desde luego son un "motor" imprescindible.

-La Milla Romana, acercando el deporte a niños de todas las edades y con premios para todos.

A mejorar

-El sistema de cronometraje, sin duda fue un fallo imprevisto, pero como de todo se aprende, estoy seguro de que se tomarán medidas para evitar problemas en futuras ediciones.

-Sistema de premios, en una carrera popular suele haber trofeo solo para los 3 primeros corredores absolutos o para los 3 primeros de cada categoría, y aunque en la web se específicaba que este año se reducían los mismos a uno por categoría y sexo (salvo absoluta), seguro que a más de uno le sorprendió esta reducción de un año a otro.

-Bolsa del corredor, constando este año de gymsac y camiseta técnica, a la que quizás se le podía haber añadido algún producto promocional, pero como esto suele depender de terceras marcas, es tan solo una sugerencia para futuras ediciones (una muestra de gel o barrita hace que la bolsa "pese más").

-Entrega de premios, retrasada debido a los problemas con el cronometraje, lo que hizo que se desluciese un poco al no congregar tanto público como hubiese habido de haberse realizado antes.

Acabo muy contento con la prueba, con mi rendimiento y con la compañía durante la previa, la carrera y la post carrera de mis compañeros, amigos y todos esos atletas con los que pasé tan buenos ratos.

Quiero acabar agradeciendo a Domingo, de Chiprunning, su invitación a la prueba, a Mayte, Angie y Cristóbal su compañía y a todos los voluntarios y atletas sus ánimos, ¡me dieron alas!

¡Gracias a todos!

PD: en breve... ¡la crónica del III CxM Rute!

Comentarios

  1. Me he tirado un rato tecleando y creo que al final no he iniciado sesión o yo que sé. Pues nada enhorabuena, creo que la suerte que te envié por twitter por la mañana te ha llegado bien. Bromas a parte, genial resumen de la prueba, positivo y constructivo. Aquí dejo el mío, desde el punto de vista del trotador novato en su primera carrera. Un placer haberla disfrutado y compartido con tanga gente. Un saludo y buena suerte también para la próxima.

    http://jhsxps.blogspot.com.es/2015/03/no-corras-que-es-peor-ii-mlk-trail.html

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    1. ¡Muchas gracias Jorge!

      Me gusta tu blog, una temática realmente polivalente, y en el caso de la entrada sobre la prueba un punto de vista más que interesante; desde luego lo del parking es un atraco a mano armado (casi 7 euros me salió a mi, y aparqué en el Vialia...) y lo de los imperdibles no lo viví (me recogieron el dorsal) pero sin duda es un punto a mejorar también, no cuesta nada y aunque tengamos miles en casa el día que más falta hacen no aparecen...

      Gracias por pasarte por "casa", eres bienvenido siempre que quieras.

      ¡Un saludo!

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  2. Ciertamente mi grito de apoyo era de asombro tamb. Ya que la bajada fue brutalmente rápida y verte volar bajo de esa manera me alegro enormemente después de saber que salías de no muy buenos momentos; un lijado verte y compartir charla durante un buen rato. Es cierto que nos sorprendió muchísimo a los que no vimos en la web el tema de los trofeos y después de que Dani entrase en 3a posición de su categoría y 7° en la general más tú 2a posición en categoría, la verdad que nos dejó choff.
    En definitiva para mi, me encantó veros darlo todo y conseguir esas grandes posiciones y la de Juane que aún siendo cadete se marcó una muy merecida 6 a posición con los Juniors.

    Un abrazo y esperando ya la.crónica de Ruth...😉

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    1. Muchas gracias Fran, y lo mismo digo, ¡cuando vi el domingo que habías podido correr en Coín me alegré muchísimo! ahora ya a coger continuidad poco a poco y recuperar forma, y de ahí para arriba...

      Lo de juane tiene muchísimo mérito, la categoría pilla hasta 24 años cumplidos, si se estableciese la de cadete yo apuesto a que se alzaba a lo más alto del podio.

      Por cierto la crónica de Rute la acabé este medio día, te la paso: http://www.elcorredorerrante.com/2015/03/III-cxm-rute.html

      Espeor que coincidamos pronto de nuevo, ¡un abrazo Fran!

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