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XIX Cross Ciudad de Ronda

 

Segundo cross consecutivo tras comenzar el circuito con el de Coín, al que llegábamos bien puntuales Pepe y yo, con bastante más frío y menos horas de sueño en el cuerpo que la semana anterior.

Eran las nueve y media de la mañana y teníamos un grado bajo cero, aunque subiendo por el camino habíamos llegado fugazmente a los cuatro en negativo.

Entramos en el recinto donde disputaríamos en cross, un pinar precioso situado a la vera de la residencia militar y nos dirigimos a la pista de tierra para retirar los dorsales.

El frío era doloroso en los apéndices (dedos, orejas, nariz...) pero la vista era muy bonita, con un suelo escarchado que parecía de postal.

Tras recoger el dorsal le dimos una vuelta caminando al circuito y decidí que correría con las Vaporfly, al igual que en Coín, ya que aunque había algunos giros cerrados con agujas de pino y tramos con piedras sueltas, el firme estaba en muy buen estado, salvo una zona con hormigueros y no había nada de barro.

Tras reconocer el circuito volvimos a la furgoneta, donde nos refugiamos del frío hasta la salida de la carrera de Pepe, en la que me acerqué para hacerle varias fotos.


Después de su carrera estuvimos viendo las pruebas de otras categorías y charlando con los amigos que iban llegando al circuito, como Janine, Eduardo y Britney, entre otros.

A falta de hora y media para mi salida me dirigí a buscar los baños y tras un buen rodeo los acabé encontrando, bien al fondo en el recinto militar, pasado el patronato.

Ya solo me quedaba mi rutina habitual de carrera, tomándome el pre entreno a falta de una hora de la salida, un comprimido de cafeína a falta de cuarenta y cinco minutos y media hora antes de la salida, untarme un poco de vaporub en el pecho y echarme un caramelo de menta a la boca antes de calentar quince minutos para abrir bien las vías respiratorias.

La temperatura ya era buena, agradable incluso al sol, y charlando con Cristian Benítez, Dani Moreno y Cristóbal Ortigosa nos dio la hora de colocarnos en la línea de salida.

Éramos menos que en Coín, pero había más nivel, me encontraba rodeado por atletas del Nerja y Cristian en la salida y sabía que tenía que correr con cabeza, puesto que ellos están a mayor nivel que yo y salvo que petasen, mi ritmo sería inferior.

Manuel Jiménez tomó la cabeza de la prueba en la salida, seguido muy de cerca por Cristian, Ortigosa y Rubén Martín, aunque yo no les iba muy a la zaga, apenas un metro por detrás de ellos.

Ya antes de la salida Cristian comentó que Manuel había ganado no hacía mucho un kilómetro vertical y venía fuerte, pero no me esperaba que tanto como para disputar el liderato de la prueba desde el minuto uno con dos pesos pesados como son Cristian Benítez y Cristóbal Ortigosa.

Se me alejaron un poco en el primer giro cerrado, ya que me resbalé con las agujas de pino al meterme muy cerrado, pero en la bajada de los hormigueros les recuperé esos metros y tras la subida y la vuelta a la pista de tierra cruzamos la meta en fila india, con otras seis vueltas por delante que prometían emociones fuertes.

Ahora era Ortigosa quien tiraba del grupo, que se iba estirando y cerraba yo, pero al término de la segunda vuelta seguíamos los cinco a unos tres segundos de distancia máximo.

En la tercera vuelta, Cristian, Ortigosa y Rubén comenzaron a destacarse, Manuel bajó un poco el ritmo y yo lo mantenía, así que poco a poco le fui dando caza y le gané la posición tras la bajada de los hormigueros, en la que lanzaba la zancada y subía con fuerza.

Quedaban aun cuatro vueltas y la verdad es que el esfuerzo comenzaba a pasar factura, el circuito tenía más desnivel que el de Coín y los giros eran más cerrados, así que me alegraba por estar dosificando fuerzas.

Sabía que salvo que los de delante petasen no iban a ceder un metro, pero estaba tranquilo porque sería raro que Manuel remontase con el esfuerzo tan grande de las primeras vueltas y en la vuelta a la pista de tierra miraba si venía alguien fuerte desde atrás y por el momento, estábamos destacados en solitario.

Completada la cuarta vuelta, con una ventaja ya considerable sobre Manuel, sabía que era cuestión de mantener el ritmo y seguir descontando vueltas, así que como la cabeza de carrera quedaba ya fuera del alcance de la vista, me ponía como objetivo ir doblando a los corredores que iban apareciendo en la distancia.

Al comenzar la quinta vuelta y ascender a la zona del pinar me sorprendió ver dando el giro, justo al final de la recta, a Rubén, ya que llevaba dos vueltas sin verlo y como el tiburón que nota la sangre en el ambiente, apreté un puntito el ritmo.

Sabía que esa recta sería de al menos cien metros así que la ventaja que me tenía era considerable y apenas quedaba vuelta y media, pero aún tenía gasolina en el tanque.

Comprobé en la entrada a la pista de tierra que había podido recortar un poco de su ventaja, pero aún llevaba buen ritmo y mantenía la postura, así que iba a ser difícil alcanzarlo.

Como si me leyesen la mente, me animaron en la subida al pinar diciéndome que Rubén iba ya tocado y esta vez tenía algunos metros por delante antes de llegar al giro cuando entré en la recta, pero debió cambiar el ritmo, porque tras la bajada en la zona de los hormigueros apreté el ritmo y cuando lo divisé entre los pinos me sacaba de nuevo la misma distancia que en la vuelta anterior.

Decidí guardar un puntito de fuerza por si Manuel venía también fuerte desde atrás y ya si lo di todo en el último giro en la pista de tierra y en el sprint a meta.

Al final ganó de nuevo Cristian, con un tiempo de 30:23, segundo fue Cristóbal, con 30:48, tercero Rubén, con 31:15, cuarto fui yo, con 31:37 y quinto Manuel, con 32:59.

Sabía que mis rivales eran muy fuertes, pero hice una carrera inteligente, no tuve caídas de ritmo (3:31 minutos el kilómetro de media, que con los giros y el desnivel para mí es una pasada) y como Rubén era sub 23, volví a alzarme en la tercera posición en el cajón senior.

Dos terceros puestos en dos semanas consecutivas era algo que nunca me hubiese imaginado y menos con tan poca experiencia en la disciplina, pelearé el domingo que viene en Torrox para repetir la hazaña, aunque con acabar con tan buen sabor de boca ya estaría más que satisfecho ;)

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