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I Media Maratón Rural Villa de Mijas


Me inscribí a última hora, el último día y de casualidad a esta primera edición de la vecina localidad de Mijas, gracias a que inicialmente no trabajaba el pasado domingo; finalmente lo haría, pero entrando más tarde de lo que acostumbro, por lo que tenía los minutos contados para disfrutar de una competición por primera vez en 2 meses.

Llegaba algo inseguro por tanto tiempo sin competir, ya que el ganglión me tuvo parado desde mediados de diciembre hasta hace apenas 3 semanas, cuando pude volver a trotar con normalidad.

La falta de preparación era evidente, pero ya el ambiente a carrera que se vivía en los aledaños del parking del Decathlon de Mijas reafirmaba mi participación.

Me encontré con más de una docena de conocidos (y varios seguidores a los que conocí allí) camino a recoger el dorsal, preparado ya para salir en cuanto fuese necesario, y charlando con uno y con otro me fui poniendo al día.

Realmente echaba de menos esos momentos con la familia que conformamos los corredores populares locales y de las poblaciones cercanas, esos que, si acudes a alguna cita domingo tras domingo, seguirán estando allí.

El tiempo pasó volando y me encontré en la zona delantera del cajón de salida, con cracks de la talla de Francisco Urbano "Pulguilla Terremoto", que era claro favorito a vencedor, Bodo Kieckbush, un crack de la montaña como Víctor Pimentel y muchos más.

A la mayoría de los corredores que me rodeaban los conozco solo de los cajones de salida de las pruebas y las redes sociales, pero a algún que otro, hace un par de meses, podía acompañarle durante varios kilómetros en carrera... hoy habría que ver, pero mi objetivo no era hacer marca, sino disfrutar, como le comentaba al compañero Ramón Gayubar antes de comenzar la prueba.

Con apenas un minuto de retraso, anunciado, comenzó la prueba, en la que traté de no perder de vista al grupo de cabeza.

Primera salida en 2 meses de parón

Testando sensaciones desde el minuto 1
Entramos en la Avenida Andalucía a ritmo de 3:30, mientras los corredores comenzaban a dispersarse siguiendo la estela de Francisco, Bodo y Agustín Molina.

Yo avanzaba a buen paso con Luis Enrique, otro compañero de club (seríamos cerca de una decena en esta cita), y traté de fijarme como objetivo a Víctor Pimentel, ya que es un corredor que sobre todo en montaña mantiene unos ritmos implacables de inicio a fin, como ya nos demostró durante el Reto 360º Solidarios, en el que nos acompañó en varias etapas.

Me puse a su lado al comienzo del carril del río por donde ascendimos precisamente en la primera etapa del Reto, y comenzamos a charlar, aunque poco, porque el ritmo era cercano a 3:40.

Estaba en mi terreno de entrenamiento, azuzado por el viento a favor y gratamente sorprendido por encontrarme en una posición tan adelantada y con un ritmo tan competitivo sin verme completamente fuera de mi zona de confort, tanto que al pasar por la Venta La Morena apreté un puntito el ritmo.

Ahí comencé a escuchar pasos cercanos, y al momento tuve al lado a Fernando López Sevilla, un crack entre los veteranos, del Torremolinos, al que creo que solo "he ganado" en una ocasión, en la V Corruco Race de Manilva.

Estabilizamos el ritmo junto a otro corredor, de rojo (del Clínicas Rincón si no recuerdo mal), y seguimos la estela de dos corredores de amarillo, Jesús Roca en primera instancia y Salvador Corral en segunda.

Parecía que tras el avituallamiento del Esparragal podíamos darle caza, pero me retuve porque sabía que aun quedaba mucho y que la vuelta, pese a ir con el terreno ligeramente a favor, iba a ser complicada debido al viento que ahora nos empujaba y que luego afrontaríamos en contra.

Así, llegamos a la Rambla del Alamillo (km 9), guardando las distancias pese a clavar el "peor" parcial hasta el momento (3:55).

Entramos en el lecho del río, donde noté que si mantenía el ritmo me flaquearían luego las fuerzas, pero tras ese momento de bajoncillo y una vez dejamos a la derecha el puente de la A-7053 que baja desde el Puerto de los Pescadores, volví a coger a Fernando y al corredor de rojo.

Siguiendo la gran senda comenzamos el tramo de subida, supuestamente de 500 metros, pero como conozco bastante bien la zona, sabía que serían algunos más.

Nos fuimos adelantando sucesivamente en el tramo de subida y bajada en el que registramos cerca de 250 metros de desnivel en dos kilómetros (contando subida y bajada), y, dejando a la derecha la Gran Senda, cogimos un ramal por el que emprendimos un rápido descenso.

El corredor de rojo se destacó, al igual que Fernando, en primera instancia, aunque más o menos pude mantenerme cerca.

Cuando justamente pensaba que si en algún momento nos pasaría Víctor sería en ese, pasó como una bala en la bajada, sacándonos un buen trecho al llegar al primer repecho.

Intenté alcanzarlo, dejando atrás momentáneamente a Fernando, pero al volver al lecho del río y saber que lo que nos quedaba ya era el mismo camino que la ida, mantuve el ritmo.

Y menos mal, ya que cada vez estaba más alto de pulsaciones y las sensaciones iban a peor...

No hice esfuerzo alguno por seguir a Fernando cuando volvió a adelantarme, y lo mantuve en mi campo visual para usarlo como referencia.

Ya no veía ni a Jesús Roca ni a Corral, así que mis referencias más cercanas eran Fernando y Víctor, pero no cedían ni un ápice de terreno, así que tocaba mantener el ritmo hasta donde pudiese el cuerpo.

Al pasar bajo el puente de la Rambla de Alamillos comencé a escuchar una agitadísima respiración a pocos metros y pensaba que mi adelantamiento era inminente, pero me mantuve firme y al llegar al Esparragal a la vuelta ya se escuchaba bastante distante.

Ahí pude coger agua por primera vez, ya que hasta el momento en todos los avituallamientos me había "tocado" isotónica, y además, en vasitos, por lo que la mitad del líquido acababa en mi camiseta o mallas en vez de en mi garganta.

Me crucé con Salva, de "El Loco Que Corre", y ya sin referencia hasta llegar al Hoyo 16, donde el meandro se abre y deja ver a varios metros de distancia, fui perdiendo fuelle poco a poco.


¡Enormes las fotos de ellocoquecorre.com, como siempre!

Eran apenas unos segundos por kilómetro, pero estábamos a 4 para llegar a meta, y en ese punto, uno solo hace la diferencia entre cazar y ser cazado.

Vi a lo lejos, al girar para incorporarnos a la Avenida de Andalucía, que los corredores por delante eran ya inalcanzables, pero escuchaba pasos por detrás, así que en esta ocasión me tocó cambiar el rol...

Un hombre me comentó que estaba el 16 o 17 absoluto, lo que me sorprendió bastante, pero en lugar de animarme me metió presión... ¡podía acabar dentro del top 20!

El tramo de la rotonda del parque biosaludable a la rotonda del Norauto se me hizo eterno, y me pasaron dos corredores, uno del Balas Perdías y otro corredor, al que justo en el sprint final de meta pude recuperar la posición.

Felicité a los corredores que llegaron en ese tramo a meta y me dirigí a por un acuarius...

Tenía apenas 1 hora para llegar a casa, ducharme, comer algo y llegar a San Pedro, por lo que el tiempo apremiaba.

Posteriormente, en el descanso del almuerzo, me enteré, primero por unos compañeros de club, y después por el mensaje de GesconChip que había sido, ni más ni menos, que ¡tercer clasificado senior!

Estuve preguntando pero nadie había subido a recoger mi trofeo, y ya esta mañana contacté con la empresa de cronometraje para que remitiese mis datos a la organización; normalmente no me importaría tanto "perder" un trofeo por no haber podido recogerlo (no sería el primero y hay organizadores que así lo establecen en el reglamento si uno no está en la entrega), pero siendo mi primera prueba tras mi regreso "oficial"... ¡como si tengo que correr de nuevo la prueba"



Me gustó mucho el recorrido, que ya conocía de antemano, y la denominación de "rural" para la prueba, con mucha personalidad, ya que sin tener tecnicidad alguna comparte rasgos de las carreras por montañas más pisteras, en un formato apto para todos los públicos.

Me despido, como siempre, con lo que más y menos me gustó de la prueba.

Lo mejor

-El recorrido, que sin grandes dificultades logísticas (cortes de tráfico, transporte de avituallamientos...) demostró que cuando uno quiere y pone ganas, se pueden sacar pruebas magníficas en cualquier lugar.

-La bolsa del corredor, muy completa, con fruta, bebida, camiseta...

-La localización de la salida/meta, que aunque no fue mi caso, para muchos corredores el poder contar con varias centenas de aparcamientos a metros de la salida es una gran facilidad.

A mejorar

-Pienso que lo más mejorable es no la disposición de los avituallamientos, sino el formato de la bebida; con un botellín pequeño abierto se bebe mucho mejor, y se diferencia a simple vista de los vasitos de isotónica.

-Al hilo de lo anterior, hubiese colocado papeleras a unos 100 metros posteriores a los avituallamientos, ya que hay veces que cuando te acabas la bebida te has pasado la papelera del avituallamiento, no estando todo el mundo dispuesto a llevar el vasito hasta el siguiente avituallamiento.

-La ubicación de los carteles a partir del kilómetro 10, unos 600 metros adelantados a la ubicación real; para los locales no es un problema por conocer la zona, pero si ya de por si el gps marca de más en los giros, los últimos km se hacen eternos (estuvo muy bien medida, pero los dos últimos carteles se me antojaron muy adelantados).

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