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Maranoia



Llevas semanas, meses entrenando; la progresión ha sido excelente, y esa fecha en rojo en el calendario está cada vez más próxima.

Lo has dado todo en cada entrenamiento, sabes que llegas en mejor forma que nunca y tienes tu mejor marca personal a tiro; pero en las semanas previas... días previos... incluso en horas previas, todo podría torcerse, y esa simple idea no te deja conciliar el sueño.

Además, estás de tapering, toca reducir carga, así que estás entrenando menos y tienes más tiempo para dedicar a otras tareas, y pensar...

Y piensas en si deberías realizar una última tirada larga, una penúltima sesión de carrera, si realizar o no carga de hidratos, si correr con calzado amortiguado, de transición o minimalista, si llevar aquella camiseta con la que conseguiste tu última MMP o aquella tan molona que dieron en la última competición...

Te encuentras inmerso en esas y decenas de disyuntivas más, y notas como algo no va del todo bien... la última tirada sale mucho peor de lo que esperabas, notas un repentino pinchazo y debes dejarla inacabada, te notas congestionado justo después de llegar a casa...

¡Y ya no sabes si hubiese sido mejor quedarse en casa! Igual lo único que necesitas es otra tirada más, una cortita... mañana, si madrugo, quizás...

¿Os resulta familiar? este estado de ansiedad precompetitiva será conocido para muchos, especialmente para los maratonianos; más específicamente para los que este domingo corremos en Madrid, Londrés, Düsseldorf, Varsovia o Siracusa, por mencionar algunos de los maratones que tendrán lugar este fin de semana.

En cualquiera de ellos, sin importar nuestro nivel de condición física, sexo, edad, etnia o religión, probablemente el 90% de los corredores sufran esta "maranoia", un fenómeno que sin duda es digno de estudio.

Hay cientos, miles de maratones cada año, pero todos ellos tienen algo que lo hacen único, y solo tenemos una oportunidad anual para recorrerlos, disfrutarlos, perseguir una marca objetivo... queremos llegar a tope, y cuando ya no podemos mejorar más aunque aumentemos la carga de entrenamiento (de hecho, es contraproducente), surge la incertidumbre.

Personalmente, la semana  previa a mi debut en maratón sufrí la mayor "maranoia" hasta la fecha.

Era mi debut, llevaba 6 meses entrenando específicamente para correr la maratón de Málaga, y ya en pleno tapering, durante la última tirada "larga" (de dos tercios de longitud de la de la semana previa), noté un pinchazo en el gemelo que me hizo parar en seco.

Llegué cojeando a casa y durante toda la semana no fui capaz si quiera de subir o bajar escaleras sin agarrarme al pasamanos, quedándome en el "dique seco" toda la semana y sufriendo multitud de calamidades...

Me resfrié, me entró tortícolis, tenía extrañas punzadas en ambas piernas, por las noches no podía dormir, perdí el apetito... y no hacía más que torturarme con pensamientos negativos y casi me veía incapaz de correr ese domingo.

Como novato cometí multitud de errores, pero finalicé mi primer maratón, sin ningún problema fuera de lo normal (aparte de los calambres o la fatiga), ni me acordé de todas esas molestias que me habían aquejado durante esa larga semana, que no volvieron a aparecer.

En posteriores maratones nunca he tenido tanta presión como en ese debut, por lo que la "maranoia" se ha remitido a alguna molestia física en los entrenos previos a la prueba, fatiga muscular en grupos que no he ejercitado, o simplemente insomnio la noche previa a la prueba; la experiencia nos hace más fuertes.

Curiosamente en pruebas de distancia superior a la maratón nunca he experimentado esas desagradables situaciones, quizás por el planteamiento de la prueba, pero de una forma u otra en todas las maratones de asfalto en las que he participado, se ha manifestado tarde o temprano.

En esta ocasión estoy preocupado; no, no porque me duela algo o note ansiedad de ningún tipo, sino precisamente por todo lo contrario, estoy demasiado tranquilo y no noto nada "raro".

Este domingo repetiré actuación en la maratón de Madrid, conozco el recorrido, tengo clara la estrategia de carrera y sé que ritmo debo llevar en cada punto; lo único que en cierto modo me causa incertidumbre es la climatología, pero como llevaré un cortavientos impermeable (apenas 90 gramos, cabe en un bolsillo), voy preparado para lo que surja.

La maratón es una prueba a la que nunca hay que perderle el respeto, ya que te exprime hasta el final y siempre acaba poniéndote a prueba, pero creo que es posible que por primera vez, mantenga la maranoia a raya, gracias a mi experiencia tanto en este tipo de pruebas como en pruebas de distancias inferiores y, sobre todo, superiores.

Por ello, quiero compartir algunos consejos, desde mi humilde opinión, para los debutantes en la prueba o aquellos que se encuentren inmersos en la maranoia (al menos os podéis olvidar de ella mientras leéis estas líneas); no son consejos ordenados por importancia, sino según los voy recordando.

-No pruebes nada nuevo el día de la maratón; usa solo aquellos materiales que hayas testado y probado decenas de veces en todo tipo de situaciones y sabes que no te van a fallar, esto vale tanto para ropa y calzado como para nutrición e hidratación.

-Ten en cuenta la evolución de la temperatura durante la maratón; a primera hora de la mañana suele hacer frío, y pueden ser de gran ayuda unos guantes de gasolinera y una bolsa de basura para mantenerte caliente si sales ya vestido de corto, y en cuanto entres en calor, puedes desechar estos elementos en cualquier contenedor.

-No te atiborres de pasta la noche previa al maratón; aunque estés realizando una carga de hidratos como colofón a una dieta disociada, tu cuerpo no tiene tiempo, literalmente, de digerir ese último atracón de pasta antes de la carrera, y lo único que puedes lograr es experimentar problemas gastrointestinales durante el recorrido.

-Un paquetito de pañuelos puede ser de gran ayuda, no pesa mucho, no ocupa espacio, y si necesitas acudir al lavabo justo antes de comenzar la maratón (algunos afectados de maranoia llegan a hacer uso de ellos una decena de ocasiones hasta que se da la salida), los tienes a mano; igualmente pueden ser de ayuda en caso de complicación gástrica durante el recorrido.

-Colócate en el cajón de salida que te corresponde; sé sincero contigo mismo, el tiempo real comienza una vez que superas la línea de salida, colocarte en una zona que no te corresponde, tanto si es más rápida como si es más lenta, solo os incomodará a ti y a tus compañeros de cajón.

-Respeta siempre el maratón; un maratón es más que correr dos medias, si has realizado algún test, conocerás tu rimo ideal (siempre es mejor ser más conservador en la primera media), pero especialmente si no conoces tu ritmo óptimo, corre con cautela durante la primera mitad, o al final acabarás estampándote contra el "Muro".

-Corre acompañado si tienes la oportunidad, no modifiques tu rimo de carrera, pero correr cada vez es una actividad más socia, y seguro que hay decenas de corredores con tu misma marca objetivo y ganas de hacer piña para que los kilómetros sean más amenos; sinceramente he perdido la cuenta de los amigos que he conocido corriendo...

-Aprovecha cada avituallamiento; aunque sea solo para refrescarte la garganta y quitarte el sudor de la cara, aunque personalmente recomiendo dar al menos un buche en cada avituallamiento, alternando isotónica y agua.

-Conoce el recorrido; no hace falta ser tan "friki" como yo y estudiarte cada parte del trazado a conciencia, pero al menos conocer la ubicación de los servicios o los avituallamientos puede ayudarte, por ejemplo, para anticiparte a la hora de coger un vasito.

-Y por supuesto... ¡disfruta! llevas semanas preparando este día, no te obsesiones, olvídate de la maranoia y pasa los días previos con tu familia, amigos y seres queridos, disfrutando del tiempo que seguramente has restado a estar con ellos para poder alargar algunas sesiones de entrenamiento, cena bien, duerme bien... ¡y a por el maratón!

Con esta entrada cierro por el momento el apartado de curiosidades del mundo del atletismo; estoy en la recta final de mi preparación para los 101 kilómetros de Ronda, el máster y las oposiciones, así que si encuentro algo interesante que compartir con vosotros, lo haré, pero por el momento dejaré de respetar mi ritmo de publicación semanal en este apartado.

Por otro lado, conforme vaya sacando tiempo, si que le daré más movimiento al análisis de calzado deportivo, así como al de material, que próximamente reformaré.

Muchas gracias por vuestra visita, mucha suerte si próximamente competís en un maratón, y a los que lo hacéis en Madrid... ¡Nos vemos pronto!

Comentarios

  1. Respuestas
    1. No tengo el placer, lo leí hace un tiempo en un blog americano (no he conseguido encontrarlo de nuevo), y esta semana me ha vuelto a la mente y he decido compartirlo ;)

      Desafortunadamente no soy el primero en acuñarlo (sería un puntazo), pero igual como "filial" en España consigo ponerlo de moda jajaja

      ¡Un abrazo Ángel, nos vemos!

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  2. Todos, incluso los no deportistas, han pasado alguna vez por eso en cualquier ámbito social. Ese acojone previo de saber que vas bien pero que por cualquier mínimo detalle todo se puede ir al traste. Mucha suerte el domingo, a disfrutarla a tope.

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  3. Maranoia??? Y xq no Marazeng. También es ese estado de tranquilidad que te da la semana previa visualizarte llegando feliz a la meta sin mirar el crono,sin importar sí has conseguido tu objetivo

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  4. Y xq no MARAZENG??? Es ese estado de tranquilidad que te da la semana previa visualizarte llegando, sin importar el crono,simplemente feliz x terminar 42,195 metros. Los miedos hay que combatirlos y superarlos desde el optimismo del buen resultado y yo prefiero visualizarme feliz corriendo que visualizarme sufriendo.

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    1. jajaja depende del objetivo de cada uno, pero por lo que vivo en los cajones de salida en las maratones y charlando con maratonianos en la fase final de la preparación... la maranoia es lo que predomina ;)

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