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¿Es mejor entrenar con un cinturón portabidones o una camelback?


A la hora de correr por asfalto todo es bastante sencillo, con un par de zapatillas y una ropa cómoda, "vamos servidos", pero a la hora de entrenar por montaña o llegar a tiradas de medio millar de kilómetros, la cosa cambia...

Tienes que llevar agua, comida, algo de abrigo por si el tiempo cambia, frontal si sales de noche, el móvil es más que recomendable... y tienes a tu disposición cinturones, chalecos, mochilas... ¡todo un abanico de posibilidades!


Hasta hace poco no había empezado a meterme en faena con largas distancias, pero desde que debutase en la I Vertic Night de Málaga estoy metido en la montaña, y si todo va bien, este año será el de mi debut en los ultras con los 101 kilómetros de Ronda, así que debo entrenar distancias cada vez mayores.

Por ello, estoy comenzando a emplear diferentes dispositivos de almacenamiento para estas largas tiradas, que aquí os analizo:

Comienzo por el primero, el cinturón de hidratación:


Hace varias ediciones, un año en la bolsa del corredor de Marbella entregaban un cinturón de hidratación, que estuvo un par de años cogiendo polvo en la buhardilla hasta que este verano, a mi regreso a España, decidí empezar a entrenar en serio y preparar mi primer maratón, y como por primera vez en mi vida empecé a hacer entrenamientos de más de hora y media  de duración, bajo el abrasador sol de Fuengirola en verano en muchos casos, empecé a llevarme el cinturón a mis tiradas.

Al principio me parecía bastante incómodo, se me balanceaba bastante y se me giraba conforme iba corriendo, pero no tardé en cogerle el truquillo, y tras dos semanas parecía que llevaba toda la vida corriendo con él, y ya no salgo de casa sin él, aunque no vaya a correr más de una decena de kilómetros.

El modelo que yo uso, como podéis ver en la fotografía tiene 4 botellines de 25 centilitros aproximadamente, es decir, un peso de cerca de un kilo, y un bolsillo con cremallera en la parte delantera, donde echo las llaves.

Lo que hay que hacer para no tener problemas al correr es ponerlo en la zona de la cintura, bajo el ombligo, todo lo apretado que uno pueda (sin que haga daño) y a la hora de beber, vaciar las botellas alternativamente (por ejemplo, delantera izquierda, trasera derecha, delantera derecha y trasera izquierda), para que el peso esté siempre equilibrado.

Cuando te acostumbras realmente da igual, pero al principio el bamboleo es un poco molesto y si el cinturón no está bien apretado, acaba girándose solo.

Pasemos al segundo caso, la mochila de hidratación:


Al igual que el cinturón de hidratación, la tengo por azar, fue un regalo de cumpleaños hace más de media década, por parte de unos tíos suecos.

Como con el cinturón, tapo la marca, cada uno que piense cuál es la que le es más útil, yo me guío por prestaciones y por precio, no por una u otra marca, pero cada uno que tome en consideración los factores que considere necesarios.

A raíz de mi debut en trail comencé a prepararme entrenamientos más técnicos, con subidas en pendiente de varios kilómetros, y una duración de cerca de 3 horas, por lo que el cinturón de hidratación empezó a quedárseme corto con a veces hasta una hora de entrenamiento por delante, y me decidí a probar la mochila.

La capacidad de mi modelo es de 2 litros, que el primer día llené a tope.

Tampoco sabía exactamente como colocármela, así que en mi primer entreno con la mochila volví a casa tras 20 minutos, ya que aquello pesaba un quintal y no paraba de balancearse de un lado a otro con cada zancada, obligándome a hacer un esfuerzo enorme para correr en línea recta.

Tras un par de intentos fallidos descubrí que, al igual que con el cinturón, debe apretarse hasta que quede totalmente ajustada, sin que moleste, pero que apriete contra la espalda y contra el pecho con las cinchas, y que quede ajustada de forma que aunque te balancees bruscamente no se mueva ni un ápice.

También fui calibrando la cantidad de agua que echaba, y he calculado que para una tirada de 3 horas me llega perfectamente con un litro y medio de agua, echar agua de más es cargar con un lastre innecesario.

Una de las pegas con respecto al cinturón es que mi modelo no tiene bolsillo, pero me engancho las llaves a la goma de las mallas, y he visto que hay muchos modelos que llevan el bolsillo incorporado, así que no es una gran pega.

Aún ajustándola y calibrando muy bien la cantidad de agua de la mochila, correr con la camelback.
k es duro, especialmente durante los primeros kilómetros, y aunque llevo ya varias tiradas con ella, no acabo de acostumbrarme del todo, el periodo de adaptación es más grande.

Hablando en términos de rendimiento, os voy a mostrar mi resultado en el mismo circuito y en las mismas condiciones llevando en el primer caso el cinturón de hidratación y en el segundo caso la mochila.

Cinturón:



Mochila:


Al ver la diferencia de casi 10 minutos a favor del cinturón, probablemente penséis que es mucho mejor para entrenar, pero hay que tener en cuenta el peso extra que se carga al correr con la mochila, que en las cuestas arriba nos frena muchísimo, y en las cuestas abajo nos puede impulsar (o dificultar la bajada, si tenemos problemas de agarre), como se ve en el tramo de bajada cerrada del kilómetro 19 y hasta que el suelo recupera un firme más normal, en el que la bajada con mochila es varios segundos por kilómetro más rápida que con el cinturón pese a llevar un lastre bastante mayor durante una distancia de casi media maratón.

La comparativa rápida sería la siguiente:

Cinturón - Fácil colocación, rápido proceso de adaptación, carga máxima 1 litro (en mi caso), se pierden unos segundos extrayendo la botella del cinturón, abriéndola y bebiendo.

Mochila - Colocación un poco más compleja, proceso de adaptación más lento, carga máxima 2 litros (en mi caso), se puede beber en segundos abriendo la boquilla y succionando (proceso algo difícil al principio, pero mecánico una vez te acostumbras).

Mi consejo, por tanto es que si tenéis en mente carreras de asfalto, escojáis el cinturón, sin lugar a dudas, ya que la distancia máxima a la que os enfrentaréis será habitualmente la maratón, y la más común, la media maratón, por lo que con un litro de agua tendréis cubiertas vuestras necesidades de hidratación habituales.

Si por el contrario, tenéis en mente carreras de trail, escoged la camelbag (de hecho en algunas carreras de montaña es obligatorio levar algún sistema de transporte de agua de al menos litro y medio), ya que la distancia y el tiempo en montaña son relativos, y es mejor cargar agua de más por si nos surje cualquier imprevisto.

En cuanto a rendimiento, una vez que te acostumbras el resultado es similar, es más duro correr con la mochila, pero si consigues hacerte el cuerpo (no te pases con el peso los primeros días o te provocarás dolores de espalda) a correr con lastre, cuando corras sin la mochila te parecerá que vuelas.

Eso si, elijas el sistema de transporte de agua que elijas, empieza probándolo en tiradas cortas, y a poder ser, las primeras veces a media capacidad, ya que el paso de correr sin nada a correr con un kilo a cuestas (es lo que pesa un litro de agua) sea en cintura o espalda, es un cambio bastante brusco.

Y esto es todo por hoy, si tenéis alguna duda o comentario, hacédmelo llegar sin problema alguno.

¿Vosotros sois más de cinturón o de mochila?

Comentarios

  1. Buena entrada, yo siempre he usado un cinturón y me va bien hasta esta semana que me he tenido que comprar una mochila para una carrera que tengo pensado hacer, no la he estrenado pero se ve cómoda.

    Un saludo.

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    1. Gracias Alejandro, me alegro de que te haya resultado interesante.

      Ya las hay incluso en modo chaleco, pero de ese estilo no las conocía.
      Son como las mochilas pero más minimalistas, es básicamente el sistema de transporte y las cinchas, nada más.

      Ya me contarás que tal te va cuando la pruebes Alejandro ;)

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  2. Hola, muy buen informe, me ha sido muy útil. Siempre usé mochila, o sea que no tengo problemas de adaptación. Nunca usé cinturón y temo que no me sea eficiente y gastar dinero inútilmente. En fin, prefieronquedarme con la duda. A menos que algún tío me regale uno jajaj. Saludos desde Buenos aires.

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  3. ¡Muy interesante!

    Tengo ambas soluciones, pero con el cinturón aún no me apaño nada, por mucho que me lo apriete, se me sube a la cintura y empieza a bambolearse.

    Con la mochila hice mi primera salida ayer, y lo cierto es que pesa bastante y las cinchas del pecho me impiden respirar al 100% pero imagino que será como todo, ¡cuestión de práctica!

    Me apunto tu blog, ¡con esta entrada me has enganchado!

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    1. ¡Gracias! me alegro de que te sea de utilidad, próximamente tengo pensado testar chalecos de hidratación y "flasks" unos vasos de plástico que se plegan al beber.

      ¡Ya os contaré

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  4. Yo empecé mis tiradas largas con cinturón y nunca me adapté a él, se movía de un lado para el otro. Me compré mochila camelback de un litro de capacidad que además me da espacio para meter algunas cosillas más que pueden facilitarte una ruta en montaña: tapper con datiles o similares, guantes si hace fresco, calcetines secos, etc.
    Hace una semana hice mi primera gran maraton de montaña (Cueva del Gato) con la mochila y no acabé con ningún dolor de espalda, eso si, solo llevaba botella de medio litro de agua que iba rellenando en cada avituallamiento. Desde hace unos dias cada vez que salgo lleno la camelback para ir acostumbrandome al peso del agua más los diferentes materiales exigidos en algunas carreras futuras: frontal, vívieres, geles, chubasquero, etc, etc.
    Saludos.

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    1. La verdad es que los buenos cinturones son muy poco asequibles, al final la mejor opción es la mochila... o el chaleco, pero es más para "pros", tanto por el precio (nuevamente), como porque implica ir a pelo.

      Quechua y Kalenji tienen buenas opciones para no dejarse un pastizal, y cumplir cumplen con creces. ¿Cuál usas tú?

      ¡Un saludo Javier!

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