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II Contrarreloj Nocturna Sendero del Mar


Otro año más volvía a la cronoescalada del Sendero del Mar, buscando mejorar el 6:04 del año pasado, que me valió la sexta plaza absoluta y segunda de mi categoría.

Las sensaciones eran buenas, de hecho me había quedado a 8 segundos de ese tiempo la semana pasada y aunque ya estoy recuperado de los 50 km de Santander, tenía la impresión de que el año pasado estaba más fuerte.

Con ganas y algo de incertidumbre llegué a la zona de salida, recogí el dorsal y tras saludar a varios compañeros y amigos (del club estaban Antonio y David, pero conocía a la mayoría de los presentes) y me puse a trotar.

Tras un par de vueltas coincidí con Antonio Caba, quien me sacó 2 segundos de ventaja el año pasado y además, por el número de dorsal, saldría en mi oleada.

Estuve charlando con él hasta que anunciaron por megafonía que en breve comenzaría la primera oleada.

El año pasado esta prueba fue pionera con el covid y las salidas se efectuaban cada 30", de forma individual.

Este año saldríamos en tandas de 5, con salidas espaciadas cada 2'.

David saldría junto a otros corredores en la primera tanda y después nos tocaría el turno a nosotros.

Salí a todo correr, cogí regular el giro en el paso de cebra al fondo de la calle (entre que las Vaporfly son inestables en las curvas y que me metí antes de tiempo me tuve que abrir mucho) y comencé a acelerar de nuevo hasta que la pendiente me empezó a frenar.



Notaba la respiración de Antonio justo detrás, lo que me daba fuerzas para subir a mayor ritmo hacia la rotonda.

Finalmente habían colocado cinta en el paso de cebra, como Antonio había aconsejado al policía que controlaba el giro.

Una vez en la cima, con Antonio prácticamente a un segundo, me lancé con potencia hacia la entrada del sendero del mar.

Mónica Caba, la hermana de Antonio, avanzaba poco más arriba tras otra chica y un chico, así que tomé su posición como objetivo y fui recortando metros zancada a zancada.

La garganta me comenzaba a quemar por el esfuerzo y el calor, pero recordaba que el año pasado me empezó a quemar al comienzo del sendero y este año llevaba ya un trozo.

Alcancé a mis perseguidores y varios segundos después escuché a Mónica animar a Antonio.

Con esa ventaja a esa altura de la subida dependía de mí no ceder terreno y perder la posición.

Sabía que había corredores muy buenos en otras oleadas, como Juan, corredor del Califas con quien he coincidido en multitud de carreras este mismo año, pero si llegaba a meta antes que Antonio me quitaba un hueso duro de roer.

Pasé el primer kilómetro en 3:34, 4 segundos más lento que la semana pasada, pero ahí iba ya muerto y hoy aun me quedaba fuelle.

Poco más arriba tenía a Rubén Espejo, quien me dio ánimos para seguir y al llegar al breve repecho antes del final de la subida, lejos de bajar el ritmo para recuperar el aliento, perdido hacía ya rato, apreté el paso a todo lo que daban las piernas.

Entré en la última rampa, que subía de puntillas con pasos cortos y poco antes de pasar por meta eché un fugaz vistazo al crono y vi que era sub 6 minutos, así que apreté ya con lo poco que quedaba y pasé bajo el arco de meta.

5:48, 16 segundazos menos que el año pasado, lo que en una distancia de poco menos de una milla es una pasada.

Esperé a Antonio mientras trataba de recuperar el aliento sin éxito y tras beber medio botellín que nos entregaba una voluntaria continué trotando quince minutos para soltar las piernas.

Cuando volví a la zona de salida ya prácticamente había concluido la prueba y por el momento, según los parciales de Dorsalchip, lideraba la prueba.


Pasé el rato charlando con Antonio y Juan, que por el momento copaban la tercera y cuarta posición respectivamente, que finalmente se confirmó.

Mención especial para Jesús Sánchez Jabalera, que lleva más de 40 medias maratones sub 2 horas consecutivas y se metió la de rigor antes de hacer la Cronoescalada, quedando aun así en tercera posición veterano C.

Su objetivo es hacer al menos 112 consecutivas, seguidlo en redes si queréis estar pendientes de su gesta.

Lo bueno se hace esperar y al final de la entrega me tocó recoger el premio de campeón absoluto, en compañía de Rubén Martín y Juan Moreno.



Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno y aunque me hubiese gustado repetir para ver si era capaz de mejorar aun más el tiempo, tocaba volver a casa.

Sin duda ayudó a conseguir esa marca contar con Antonio Caba en mi oleada, ya que esa presión de tener a alguien justo detrás fue clave para mantener el ritmo, pero sea como fuese, estoy contento con el resultado.

El próximo año más y espero que mejor, a ver si consigo recortarle segundos al récord de la prueba, establecido el año pasado en 05:22 por Cristian Benítez ;)

Comentarios

  1. Felicitaciones Juan 🏆,,, gracias por añadirme en tu crónica 😎

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