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XXVI Milla Urbana de Montemar


Por segunda vez en mes y medio correría una milla, una distancia nada habitual para lo que suelo hacer, pero como hice en el caso de la Milla de Mijas Pueblo, iría corriendo a la salida y volvería corriendo a casa tras la carrera.


Así me planté a las 10:30 en Montemar, tras recorrer 15 kilómetros en hora y media clavada, dispuesto a debutar en el circuito.

Me adelantaban que no me confiase, ya que parecía rápido, al ser a una vuelta y sin grandes giros bruscos, pero tenía algo de desnivel que había que controlar.

Recién llegado a la zona de salida/meta
Me bebí un aquarius bajando pulsaciones y disfruté con las carreras de los más peques mientras se agotaban los minutos para que comenzase la prueba absoluta.

Junto a Salva Villodres y Antonio Caba
El nivel era muy alto, al ser una milla única en su especie: gratuita, con avituallamiento en meta, camiseta finisher y premios en metálico.

Tras saludar a mis compañeros de club estuve charlando con Tania, del TAC, Pablo Comino, del Nerja o Juan Carlos Cabello, del San Pedro, entre otros, favoritos a ganar la prueba en sus respectivas categorías.

Entre que llegué justo al no tener en cuenta el desnivel y que estaba muy a gusto en el ambiente previo a nuestra salida el tiempo me pasó volando, así que, con Nacho custodiando las mochilas mientras termina de recuperarse de su lesión, me dirigí a la salida.

Corralito de salida
Dejé tres filas de corredores entre mí y la primera línea, ya que tenía las piernas cansadas y la distancia no es mi fuerte, así que me plantearía una carrera progresiva pero a mi ritmo, evitando piques, que aun tocaba volver.

...Preparados...
Se dio la salida y tras esquivar algunos codazos y amortiguar otros, subí a la rotonda de la Avenida de la Libertad mientras comenzaba a rebasar a algunos corredores y otros muchos llegaban desde atrás como una marea humana.

Vi como me pasaban Antonio justo al lado y más a la izquierda José Luis, del club, así como Juanjo y Salva, del TAC, algo más adelante, pero iba a mi ritmo.

La cabeza femenina de la prueba no tardó en alcanzarme, pero tras unos primeros metros frenéticos, llegamos a la bajada hacia la Avenida San Francisco y la cosa cambiaba.

Aprovechando que ya los corredores se iban acomodando en grupos, alargué la zancada y poco a poco fui remontando posiciones.

Desde ese punto apenas me adelantarían un par de corredores mientras que yo, sin apenas variar el esfuerzo, iba alcanzando grupetes, menos cuando venían repechos y alguno más cuando la pendiente iba a favor.

Al entrar en la Calle Loma de los Riscos pensaba que llegábamos ya a la meta; no tenía referencia al no haber reseteado el GPS, por lo que empecé a apretar el ritmo.

Por momentos alcanzaba a Jose Luis, pero cuando se abrió la visión vi a lo lejos el cruce que subía a la avenida y ya iba un punto por encima de mi ritmo, así que decidí mantener la velocidad para no desfondarme.

Como sabía que a Jose ya no lo cogía, intenté disputarle la posición a Maksim, corredor independiente que corría con camiseta blanca, pero tras un par de tirones se acabó imponiendo.

Mi tiempo en meta fue de 6:09 para 1730 metros, en la posición 9ª senior y 28º absoluta; mejoraba en 15 segundos mi tiempo en Mijas; creo que compensa el desnivel de esta por los giros de aquella.

Aun así queda muy lejos del 4:50 de aquella II Milla Solidaria Ciudad de Fuengirola de 2016, eso sí, con la distancia reglamentaria de 1609 metros.

Por parte de mis compañeros, Antonio entró en 5:56 y José Luis en 6:04, siendo la actuación del club fue muy buena y destacando los podios de Camila y Alba, segundas de sus respectivas categorías, Rubén, en la categoría especial, el tercer puesto de Gary en la suya y el primero de mi madre en la corresponiente.

Quedaba la vuelta a casa, que adelanté para no enfriarme y al final, como la ida tocó correr en solitario.

Finalicé el entreno de carrera del domingo en 3:02:10, recorriendo un total de 32 kilómetros, con un desnivel positivo de 264 metros, a la espera del entreno de tarde, que hoy tocará en aguas abiertas.

Me gusta seguir participando en pruebas rápidas aunque no las entrene específicamente ni las compita a tope, pero me queda un sabor agridulce.

Para mis objetivos este tipo de pruebas no me ayudan, pero me gustaría preparar una en serio para ver si puedo bajar de nuevo mi marca en milla, que en estos 3 años cada vez se me va alejando más pese a que en otras distancias voy superando mis marcas.

En cualquier caso, tiempo tendré, ahora mismo tengo que conformarme con aprovechar estas citas para hacer un entrenamiento de calidad, como ha sido el caso hoy.

¡Muchas gracias por leerme y hasta la próxima!

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