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XXXV Carrera Urbana del Pavo


Cinco veces había corrido desde 2008 la Carrera Urbana del Pavo de Benalmádena y este año sería la sexta.

Es una carrera especial para mí ya que en mi primera participación, en categoría cadete, quedé encantado con el ambiente y la organización.

Además, en esta carrera se premia a los 5 primeros y en mi debut quedé en cuarta posición, todo un chute de motivación para un corredor adolescente con poco más de un año de rodaje.


Ha llovido bastante desde 2008 y hoy por hoy soy fondista de larga distancia o ultrafondista, por lo que antes de salir para Benalmádena con mis padres y compañeros de club decidí recorrer unos kilómetros al trote por Fuengirola.

Fueron especialmente suaves en cuanto al ritmo ya que en mi mochila llevaba 2 kilos de pasta, que emplearía para canjear el dorsal.

La iniciativa es excelente, 2 kilos de alimentos no perecederos para los más necesitados a cambio de un dorsal para una de las pruebas con más solera de la costa del sol.

Tras reunirnos en el estadio con el resto de compañeros accedimos al interior del mismo, donde aportamos nuestros alimentos.

Me había quedado con el cuerpo cortado, entre que llevaba varios días con tos, mocos y mucha congestión  y que ya me había enfriado decidí trotar un poco por el césped.


Con algunos de los compañeros que participarían hoy en la prueba
Conforme se acercaba la hora de la salida y las casi 3000 personas citadas en la pista se fueron ubicando ya se podía ver a los favoritos.

Faltaban Luis Enrique, Antonio Caba o Israel, entre otros, pero aun así estaban Osama Rmidi, Raúl Sudri y otros corredores de muy buena planta que aun no conocía.

Me coloqué entre ellos, algo rezagado, con el objetivo de intentar mantenerme alcance visual de la cabeza de carrera hasta enfilar la primera bajada y después, hacer mi carrera aguantando el puesto.

Esta sería mi primera edición de "ida y vuelta", ya que anteriormente se bajaba y acababa en el Parque de la Paloma y este año no se bajaría tanto y habría que volver, por lo que no quería pasarme de rosca en los primeros kilómetros, como sabía que muchos si harían.

Comenzó una cuenta atrás de 10 segundos, aunque al llegar a 2, un muchacho con la camiseta de Cristiano Ronaldo salió como un perdigón y al llegar a uno me vi arrastrado por la marea de corredores.

Había perdido unos segundos valiosísimos en la salida preguntándome qué hacía el muchacho pero la prueba ya había comenzado, así que no tenía importancia,

Me puse a la derecha y tras un par de fintas encontré un hueco, justo al acabarse la pista, para girar con comodidad.

Subí la primera cuesta a buen ritmo, dejando atrás al muchacho con la camiseta de Cristiano (tanto correr para eso...) y conté una docena de corredores por delante mía, a los que poco a poco iba dando caza.

Al llegar a Calle Alhambra, la primera bajada de la prueba, me dejé de ir con todo y fui a toda la velocidad que mis congestionadas fosas nasales me permitían sin ahogarme.

Gracias al impulso de la bajada pasé el primer km en 3:05, una velocidad impensable para mí en llano y cuando me di cuenta, estaba a unos 100 metros de la cabeza de carrera.

Al pasar al lado de Osama le animé para que se colocase a mi par, pero negó con la cabeza con gesto serio, por lo que decidí continuar sin insistirle; hubiese sido muy bonito haber hecho la prueba con un atleta de su categoría, pero hoy no sería su día.

Estaba en quinta posición pero  no habíamos terminado de bajar y todavía quedaba la vuelta al estadio, así que regulé un poco y en Calle Medina Azahara, ya en cuarta posición, intenté mantenerme a tiro del corredor en cabeza.

En segunda posición iba Raúl Sudri, con un ritmo endiablado también y justo delante tenía a un corredor alto de poderosa zancada al que intentaba alcanzar sin éxito, pues parecía que leíamos de la misma forma la prueba y llevábamos un ritmo casi idéntico, por lo que cada vez que aceleraba para recortarle metros me encontraba que él aceleraba también.

Había pasado la milla en 5:04 y el kilómetro 2 en 6:28 pero me encontraba fenomenal.

No hacía nada de viento, hasta ahora habíamos llevado la pendiente a favor y estaba disfrutando muchísimo de la velocidad de la prueba.

Además, verme en cuarta posición absoluta de la prueba en la que tantos años has participado era como un sueño, cuantas veces no lo habré soñado años atrás...

Tenía el pulso sobre 186 pulsaciones pero no tenía esa sensación de angustia que me aprieta en el pecho las pocas veces que entreno series (hace meses que no lo hago, por cierto, debería retomarlo) ni ese sabor metálico en la garganta que te deja el correr con deuda de oxígeno; estaba disfrutando.

El corredor que me precedía miraba el reloj y después hacia detrás y por un momento pensaba que lo tenía a mi alcance, pero me di cuenta de que estábamos llegando al tercer kilómetro y tras dejar atrás el Club de Hielo de Benalmádena supe que se avecinaban cuestas...

Efectivamente, en cuanto comenzó a picar la pendiente desapareció el corredor en cabeza, para luego aparecer en la distancia entre rectas, mientras Raúl Sudri, el corredor alto y un servidor tratábamos de seguir el uno la estela del otro.

Raúl comenzó a destacarse en la esquina del Supersol, aunque en la recta de la estación de tren tuvimos tiempo para vislumbrar al líder de la prueba girar por la calle de la policía pocos segundos antes de que Raúl le siguiese; y pocos segundos después pasamos mi perseguido y yo.

En la recta Renfe llegué a correr pisando su sombra, pero o conocía el recorrido o se guardaba fuerzas en algún sitio, porque en cuanto entramos por la Calle de las Flores comenzó a ganar metros y cuando me quise dar cuenta estábamos ya entrando al estadio.

No llevaba ni 10 metros recorridos en la pista cuando comenzaron a anunciar que el ganador absoluto estaba entrando en meta, pocos segundos después anunciaron la llegada de Raúl y posteriormente la del compañero al que iba persiguiendo, que ya en la pista se distanció del todo y la de un servidor.

El tiempo en meta del ganador fue de 15'17"; el mío una vez pasé el track de la prueba al móvil vi que fue de 15'44".

"Sólo" 27 segundos me separaron del ganador absoluto de la prueba, pero en una prueba tan corta son un mundo, 134 metros exactamente, al ritmo que llevaba el ganador cuando pasó por meta... 

Aun así estaba pletórico, jamás hubiese esperado tan buen resultado en una prueba de esas características y menos una semana después de correr el maratón de Málaga...

Tras felicitar a los ganadores y comerme una manzana y beberme un botellín de agua, me acerqué a la llegada y me hice a un lado para no estorbar mientras llegaban mis padres.


Otra edición más para la familia
Tras la llegada a meta de los últimos participantes comenzó la entrega de premios para las 18 categorías, en la que tuvimos cuatro subidas al podio de entre los compañeros del Club Atletismo Fuengirola que acudimos a la cita.


El podio general masculino y absoluto, coincidimos todos en la misma quinta
Gran jornada de atletismo para todos los públicos
Con esto se acaba la Carrera del Pavo hasta el año que viene, pero quizás caiga alguna otra prueba antes de finalizar el año, ya veremos...

Como siempre me despido con lo mejor y peor de la prueba, ¡un abrazo!

Lo mejor

-Como comenté en la crónica me parece excelente que en lugar de cobrar por el dorsal la inscripción sean 2 kilos de alimentos, que además se dona a cáritas para que lo reparta entre los más necesitados estas navidades. Chapó.

-Hubo familias con hasta 40 miembros inscritos y este año se consiguieron 300 llegadas a metas más que el año pasado, rozando ya los 3000 "finishers"; es una muestra importante de que el espíritu de la prueba y su organización son un éxito.

-Por primera vez en una prueba deportiva veo solo agua y fruta; está muy bien que las marcas de refrescos quieran patrocinar eventos deportivos, pero seamos sinceros, no hay nada más sano y natural que fruta y agua, que además podíamos depositar en cualquiera de las decenas de contenedores preparados para tal efecto.

A mejorar

-Poco se puede mejorar en una prueba con tanto rodaje y tantos años de experiencia y tampoco puedo aportar gran cosa; quizás como única "pega", que solo se celebre una vez al año, ya que Benalmádena es un gran municipio y tener ocasión de realizar otro evento deportivo de tal calibre de forma anual sería una ocasión fenomenal para que los  la localidad.

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