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I Carrera Nocturna Puente Genil


Gracias a José Leyva, que me invitó al evento, conocí la I Carrera Nocturna de Puente Genil.

Estaba aún recuperándome de la Andorra Ultra Trail, pero tras cerca de mes y medio sin competir en una carrera popular (la última fue la carrera solidaria de la Reserva del Higuerón) y más siendo una prueba nocturna (cada vez me gusta más correr de noche), difundí el evento entre mis amigos atletas para montar un coche para ir a la prueba.

Salimos temprano, ya que de siempre me gusta llegar con tiempo a las carreras (y tras experiencias como en la media del Rincón del año pasado, donde llegué al arco de salida segundos antes de que comenzase la prueba, o en la media de Antequera, donde cogimos un desvío brutal, más aún), por lo que, a eso de las 19:00 ya íbamos Mayte y yo camino a Alhaurín de la Torre, donde recogeríamos a nuestro amigo Álvaro, del Club Atletismo Torremolinos (en el que coincidimos en la ya citada carrera solidaria de la Reserva del Higuerón, o la de Fuengirola, entre otras) y unos amigos suyos.

Por suerte, llevábamos un buen margen, ya que, como le pasó a Manolo cuando fuimos los compañeros del Club Atletismo Fuengirola a la media de Alhaurín, nos despistamos, solo que esta vez en lugar de acabar en Alhaurín El Grande acabamos en Churriana.

Tras un buen rato subiendo, bajando y girando en torno a innumerables rotondas, conseguimos dar con Álvaro y sus amigos, Sara y Alberto, recientemente llegados de los Estados Unidos.

Conocí a Álvaro en la subida a la cantera de Nagüeles, pero pese a coincidir en numerosas pruebas desde entonces, no nos conocíamos mucho fuera del ámbito puramente deportivo.

El largo viaje hasta Puente Genil nos sirvió para conocernos mucho mejor, así como al corredor que hoy nos acompañaría, Alberto, y Sara, su pareja, que nos haría el reportaje fotográfico.

No sé si existe (en caso afirmativo, hacédmelo saber), pero creo que crear una app con pruebas deportivas y deportistas que acuden a ellas sería genial, de esta forma se puede conocer gente con gustos similares, ahorrar en transporte y pasar un buen rato, si hay algún programador en la sala, que tome nota de ello.

Llegamos apurando bastante el tiempo, y como desde 2011 no había estado en Puente Genil, no recordaba donde estaban las cosas (por cierto, media maratón bonita y dura tienen en el pueblo, a ver si este año puedo repetir en ella), por lo que aparcamos cerca del centro, al lado de una explanada con varios tractores (donde dediqué una fotografía a mi amigo Ángel, alias Contadordekm)


Nos cambiamos y, ya preparados, nos dirigimos a buscar el Barrio de la Isla, donde, según el evento, sería la salida.

Iba algo intranquilo, ya que la gente nos miraba extrañados por la calle, y cuando preguntábamos que donde era la carrera nos decían que en la piscina municipal o no sabían de qué hablábamos, pero el destino quiso que una de las veces que preguntamos nos orientaran hacia la zona de Miragenil.

Hacía bastante calor pese a estar alcanzando las 21:30 de la tarde-noche, y, apretando el paso, fuimos buscando el punto de retirada de dorsales.

La iniciativa de la semana deportiva, pese a que muchos lugareños la desconocían, era palpable: nos habían hablado de la competición de natación, a medio camino entre el coche y el punto de recogida de dorsales vimos en un aplaza un torneo de ajedrez, y al llegar a la zona de salida se estaba ejecutando una maratón de spinning; buenísima iniciativa, deberían tomar nota otras alcaldías, el deporte es vida y turismo.

Cuando llegamos al chiringuito donde se recogían los dorsales nos informaron de que la distancia del cartel no era la correcta, serían algo más de 5 kilómetros, en lugar de 4.

Para mí, casi mejor, soy un diésel, puedo correr 10 kilómetros a un promedio más rápido que 5k sin sufrir tanto, o incluso una media sufriendo menos que un 10k; sin embargo, Mayte no compartía mi indiferencia...

Habíamos entrenado, no demasiado, pero el trabajo de ambos no nos daba mucho juego, y nunca habíamos recorrido más de 3 kilómetros... iba a ser duro.

Recogimos nuestros dorsales y los chicos aprovechamos para ir un momento al baño, en una zona de cañas descendiendo desde la plaza del pueblo.

Subiendo, me di cuenta de que el pie izquierdo, embutido en mis Fivefingers, me escocía bastante, así que decidí sentarme en un pollete una vez que llegué de nuevo a la plaza, y descubrí una enorme rozadura en mi pie y un puñado de arena en el interior de la zapatilla.

Es lo que tiene haber estado corriendo con ellas para ir al trabajo (en la playa) durante cerca de un mes, por más que las lave, siempre tienen arena dentro, aunque hasta ahora no me habían hecho nunca rozadura...

Quité toda la arena que pude de ambas zapatillas, me las calcé de nuevo, y traté de olvidar el irritante dolor de mi pie izquierdo y la molestia que los granitos supervivientes me causaban al caminar en las zapatillas... "venga, 5 kilómetros y listo, no es ni media hora, unos granitos no podrán lastimarme mucho..."

Ya eran casi las 22:00, así que preparé el arnés para llevar la GoPro y grabar desde dentro la carrera, como he hecho en otras ocasiones en pruebas "cortas" (en las que no da tiempo a que se agote la batería, es decir, de menos de 2 horas), y comencé a mentalizarme para salir.

El aura del pueblo iba cambiando conforme pasaban los minutos, comenzaba a caer el sol y la atmósfera iba cogiendo un ambiente especial, que invitaba a correr, aunque el calor permaneció tras la caída del sol.

Nos comunicaron que la carrera se retrasaría un poco, hasta que acabase el maratón de spinning, así que el ambiente se relajó un poco de nuevo, oyéndose bromas y conversaciones distendidas por doquier.

Álvaro, Alberto y yo éramos de los pocos atletas malagueños que participaríamos en la prueba, aunque divisamos a un corredor del Cuevas de Nerja, al que tomé como favorito.

También había varias camisetas de la última edición de la media maratón de Málaga, pero la aplastante mayoría eran del club Amigos del Canal de Puente Genil o de la Escuela de Atletismo Miguel Ríos, así como del Casariche y otros clubes de la zona, como es lógico.

La carrera que teníamos ante nosotros era el tema estrella de la conversación en el grupo, y en cuanto vimos que los primeros corredores se acercaron al arco de salida, decidimos unirnos a ellos.

Ya se notaba algo de alivio, aunque el calor era mucho más palpable que en la costa.

Poco a poco, más corredores se fueron uniendo a nosotros en la zona situada tras el arco de meta, y de repente, un corredor nos preguntó "¿oye, no sois un poco jovencitos para participar en la carrera?".

No entendíamos que quería decir, pero nos explicaron que habría dos salidas, una primera para veteranos, y luego otra para los corredores senior.

Al mirar alrededor vimos que no éramos los únicos confundidos, y avisamos para que no hubiese más equivocaciones.

Nos situamos en una zona cercana a la meta, desde la que se veía la salida, a fin de contemplar la misma e ir viendo el paso de los diferentes corredores vuelta tras vuelta hasta finalizar el circuito.

Comenzaba con una gran cuesta adoquinada, por lo que prometía ser duro, aunque los veteranos realizaron vueltas muy rápidas, por lo que intuimos que el desnivel no podría predominar demasiado a lo largo del circuito.

Esperamos hasta que el último participante, una corredora a la que aplaudimos casi con más ganas que al primer corredor, cruzase la meta, y nos dirigimos, ahora sí, a la zona de salida.

Yo me coloqué en una posición más o menos central con respecto al arco de la meta, entre la primera y la segunda línea.

Intentaría colocarme el primero durante los primeros metros para tener un buen plano de la salida (grabaría desde la espalda la prueba), y luego ya rebajar el ritmo para apretar en la penúltima y última vuelta.

Álvaro y Alberto se colocaron más atrás, así como Mayte.

Como pasó en la prueba de veteranos, un organizador nos explicó diversos aspectos sobre la prueba (avituallamiento, número de vueltas...) segundos antes del comienzo de la misma, poco antes de dar la salida.

"Cuatro vueltas y listo..." y el pie parecía molestarme más conforme se acercaba el momento... Es curioso, pero pese a haber corrido cerca de 30 medias maratones, varios maratones y hasta pruebas de ultra distancia, la emoción que precede la salida de una prueba parece ser mayor cuando el espíritu de la prueba es popular y son los propios clubes o ayuntamientos los que organizan las pruebas deportivas... se palpa el verdadero espíritu del atletismo en ellas y se respira deporte.

¡Suena el silbato y comienza la salida!



Inicialmente me pongo, con las primeras zancadas, en primera posición, pero resbalo con los adoquines, lo que me hace perder una fracción de segundo, y me adelantan varios corredores, el del Nerja entre ellos, a los que alcanzo con un nuevo sprint conforme nos acercamos a la primera de las cuestas.

Nada más llegar a ella cambio la forma de pisar, intentado apoyar una mayor superficie de pie (suelo atacar las cuestas arriba prácticamente de puntillas, y más al correr con Fivefingers), a fin de no resbalarme, lo que hace que comience a perder un poco de velocidad y otros corredores tomen el relevo en la cabeza de la carrera.

Lo recuperaría una vez más en la posterior bajada, dejándome de ir con ganas y sintiendo alivio al notar el aire en la cara, aunque sigue siendo cálido.

En apenas 300 metros estoy sin aliento, el corazón me palpita con fuerza en el pecho y me siento al límite; me encanta esa sensación, saber que por más que me esfuerce no puedo correr más, y concentrarme en intentar aguantar en ese umbral (no me considero rápido, soy un corredor de largas distancias, pero en esos momentos sí que me siento rápido).

Los gritos de ánimo de la plaza han desaparecido en un momento, y parece que atravesamos un pueblo fantasma, sin peatones ni conductores por las calles, tan solo corredores moran por las calles de Puente Genil y el único sonido que se oye es nuestra respiración al resoplar y el retumbar de nuestros pasos; como puede cambiar la noche un paisaje, la carrera está siendo una delicia para los sentidos.

Tras varios giros vertiginosos, cogemos un tramo de casi llaneo (pendiente suavemente descendente), y cambian los adoquines por losas lisas, por lo que quito una marcha para evitar resbalar y pierdo alguna posición, pero el verme aún tan cerca de la cabeza de la carrera hace que mi motivación se dispare.

Ya soy senior en prácticamente todas las carreras que dispute hasta que pase a veterano, si en alguna soy promesa será este año y porque incluya muchas categorías, así que la racha de victorias dentro de mi grupo de edad toca a su fin, al menos que, como estoy haciendo hasta ahora, consiga mantenerme en las primera posiciones de las carreras en las que participe.

Sin embargo quedan 3 vueltas más además de la que estamos realizando, y puede pasar de todo, así que no pienso en posiciones ni tiempos, tan solo en disfrutar, y es difícil no hacerlo.

Veo sombras acercándose por la derecha desde detrás y sé que voy a ser adelantado, así que me aparto un poco para dejar paso, costumbre de correr en montaña, aunque no desacelero.

Llegamos a una calle dividida en dos por vallas y cintas de plástico, y comienzo a dejar las sombras atrás antes de divisar a sus propietarios.

Nos cruzamos a la cabeza de carrera, continúo bajando, bastante rápido, y giro en seco agarrándome a la valla (me desestabiliza el brusco cambio de dirección) para encarar, ahora cuesta arriba, la calle.

Vuelven las sombras, y rápidamente, persiguiéndolas, me adelantan sus propietarios.

Veo a la primera corredora femenina, y más atrás, a Álvaro, y al volver a mirar en mi sentido, veo que me adelanta por la derecha el corredor del Nerja.

Buena estrategia, viene fuerte desde atrás, la cabeza de carrera, entre la que estuve al comienzo de la prueba, no iba especialmente rápida al no conocer el circuito, pero tras la vuelta de reconocimiento seguramente incremente su velocidad, pero con el ritmo que lleva, no tardará en alcanzarla; si tiene buen fondo, ganará la carrera.

Tras él me adelanta toda una fila de corredores y llegando la moto escolta de la cola de la carrera a la entrada de la calle, la dejamos nosotros, cogiendo un callejón a la derecha.

Voy fuerte, no demasiado para lo que estoy sufriendo, pero acuso bastante el calor y llevo la boca seca... me cuesta mantener el ritmo.

Dejamos atrás el asfalto y volvemos al empedrado, atacando una larga bajada en la que los corredores que llevo en cabeza comienzan a ganar terreno pero no escucho pasos desde detrás; la carrera comienza a abrirse.

Tras un giro el plano vuelve a estar inclinado en nuestra contra, y me adelanta un corredor como una exhalación, dejándome atrás en momentos y adelantando a otro corredor antes de volver a girar, al final de la larga calle; lleva un muy buen ritmo también, pero quedan 3 vueltas más, espero que sepa lo que hace.

Tras el giro vuelvo a oír pasos por detrás de mí, y llegando al siguiente giro comienzo a escuchar gritos de "ánimo Óscar" cuando me adelanta el corredor.

Lleva la camiseta del Amigos del Canal, así que es un corredor local, por el porte, bastante experimentado, y seguramente se conozca el circuito, así que me lo marco como referencia.

Al final de la calle se divisa un puesto de avituallamiento, llevo un buen ritmo peor tengo sed, y no sé si parar o no... el instante de duda hace que no termine de decidirme y decido continuar, finalizando la primera vuelta y atacando de nuevo la subida adoquinada.

Hago un rápido repaso mental mientras cambio la pisada; llevo a una veintena de corredores por delante, me siento muy bien, ya no pletórico, pero sé que puedo apretar más el paso de ser necesario, y me siento cómodo con el ritmo que llevo; lo de no parar ha sido un error, pero ya no puedo volver, así que en la siguiente vuelta beberé sin falta.

Con resolución avanzo a base de zancadas largas, pero Óscar se me pierde en los cerrados giros del primer tramo.

Lo diviso fugazmente en la bajada, pero se me pierde de nuevo, hasta que lo vuelvo a divisar tras el giro previo a la bajada con losas lisas donde se medio llanea.

En el giro me cruzo con la cola de la carrera, y las palmas y vítores dedicados a infundir ánimo en los corredores que están finalizando la primera prueba me afectan también a mí, y con renovado ánimo comienzo a apretar el paso.

No soy el único, ya que comienzo a oír pasos de nuevo a mis espaldas y me adelanta un corredor que lleva el dorsal al estilo triatleta, enganchado en la cintura del pantalón.

Nos cruzamos con la cabeza de carrera, que lidera en solitario un corredor local, seguido de cerca por un grupo de varios corredores, entre los que ya se encuentra el corredor del Nerja.

Mi referencia, Óscar, y yo, nos cruzamos en el paso de cebra previo al giro, yo cuesta abajo, abriéndome para coger la curva sin perder estabilidad, él, encarando la pendiente que asciende en contra a buen ritmo; "buena referencia he pillado, a este paso lo pierdo del todo antes de completar la segunda vuelta..."

La garganta me sabe fatal, el calor y el esfuerzo mezclado con la falta de agua hacen que tragar saliva sea bastante doloroso y sienta una sed acuciante.

Giro, esta vez de forma más limpia, y veo como le llevo un margen bastante grande a los corredores que vienen por detrás, más separados entre sí unos de otros cada vez; la carrera está abierta.

Nuevamente, tras el asfalto, llegan los adoquines, y en la larga bajada me retengo para luego apretar el paso y tratar de ganar metros en la subida; si me desfondo en las bajadas no voy a llegar fuerte ni a las subidas ni a las últimas vueltas...

Me doy cuenta de que no he pensado en el pie desde que comenzó la carrera, no noto la rozadura, aunque sí el impacto con los adoquines, pero no es tan doloroso como pueda parecer, así que estoy muy contento, y aunque mi idea es retener, no modifico apenas el ritmo (no aprieto en la bajada pero tampoco bajo el ritmo).

Voy divisando a Óscar a lo lejos, adelantando a otro corredor, pero va metiendo metros de por medio entre él y yo... si no se cansa más que yo en las dos vueltas que quedan, ya no lo cojo, aunque con acabar manteniendo el ritmo me doy por satisfecho.

En el penúltimo giro antes de entrar a meta comienzo a oír pasos por detrás nuevamente, y en mi tramo preferido, la estrecha recta que va desde el penúltimo hasta el último giro antes de llegar a la recta del avituallamiento, me adelanta otro corredor (y se retiran dos corredoras jovencitas, echándose a la derecha en la plaza en lugar de seguir por la calle).

Una fotógrafa sale del umbral de una puerta y me coge en primer plano, dejándome momentáneamente cegado por el flash, continúo y encaro el tramo casi recto del avituallamiento, soñando con poder echarme un trago a la garganta.

A diferencia de en la primera vuelta, el suelo, en el que ya me resbalaba de por sí, está empapado de agua, y aunque intento esquivar las zonas más mojadas, la suela de las Fivefingers se moja (lo noto de inmediato).

Bebo un buche y echo la botella a la izquierda, para que no estorbe, afrontando la tercera vuelta; "ya queda menos de la mitad".

Notando ya la fatiga por el alto ritmo y con cuidado de no patinar, subo y desciendo los tramos adoquinados, llegando a la zona de losas en solitario, sin tener referencia por delante ni pasos por detrás que me indiquen la proximidad de algún corredor, aunque ya en ese tramo una sombra me revela que se aproxima un corredor silencioso.

Vemos de nuevo a la cabeza de la carrera, giramos, y afrontamos la subida, en la que llevo al corredor silencioso a mi lado.

Las luces nos avisan de la presencia de la moto escolta que cierra la prueba, y veo a Mayte corriendo varios metros por delante de ella.

"¡vamos nena!" le digo al pasar, y, a buen ritmo, comienzo a pasar corredores, algunos a los que, claramente doblo, otros a los que adelanto por primera vez, y otros que no distingo claramente.

Salgo de mi tramo favorito (la estrecha callejuela que asciende y lleva, tras el giro, al tramo del avituallamiento) sintiendo el final de la prueba cerca, y, animado por el público, decido tirar el último puntito de fuerza que me queda y apretar el ritmo.

Bebo agua de nuevo, derrapo en la curva, y asciendo con energía la cuesta adoquinada y con más energía aún el posterior descenso.

No llevo a nadie por delante ni por detrás, hasta que, en la zona de losetas lisas, comienzo a divisar corredores, y me lanzo a por ellos como si me fuese la vida en ello, como corredor tras su presa, notándome más rápido aún al ver que me acerco a ellas a una velocidad notable pese a estar en la última vuelta.

Adelanto a dos antes del último giro en la calle dividida en dos por la valla, y ataco en la subida, dispuesto a "devorar" a otro grupito de corredores.

Ya antes de la bajada adelanto a uno en solitario, pero mi objetivo no es ni ese corredor ni los grupitos que van por delante, es Óscar, y aunque quizás ya no esté a tiempo de alcanzarle, tengo que intentarlo; por algo lo elegí como referencia.

Los pasos por detrás me confirman que no soy el único corredor que se ha crecido en esta última vuelta, pero no me dejaré cazar, y, apretando el ritmo, adelanto en uno de los giros a un par de corredoras, en el tramo de bajada.

Veo por el rabillo del ojo que el corredor que me acecha ha recortado por el jardincito en el giro, en lugar de seguir por la carretera, y por momentos se pone por delante, pero lo dejo atrás antes de salir de la curva.

Insiste en el tramo que asciende, pero no me doy por vencido y aprieto más, mientras adelanto a otra corredora y continúo a por la próxima presa, a la que alcanzo en cuestión de zancadas.

Ya he cogido mi ritmo, estoy en ese momento en el que sé que otros corredores se vienen un poco abajo y yo me mantengo, lo que hace que psicológicamente me venga arriba al doblar y recuperar posiciones.

Penúltimo giro antes de la carrera, entramos en mi tramo preferido; no quiero que la carrera se acabe, podría haber sido de 5 vueltas, es un número más "redondo"...

Adelanto a una pareja de corredores y voy atravesando arcos mientras el último giro se acerca...

Enfilo el tramo del avituallamiento con fuerza, no hay ni rastro de Óscar, pero no me importa, lo he dado todo en la carrera, he corrido a gusto, sin ninguna molestia ni problema tras la paliza en los pirineos de mediados de mes, y eso es ya para mí un logro increíble.

Último sprint... acelero todo lo que me permite mi cuerpo y se acaba; meta.

Paro el reloj mientras aún desacelero y comienzo a recuperar el aliento, dando pasitos cortos.

Reconozco a uno de los corredores que he llevado por delante, al que doy la enhorabuena por la carrera, otro me saluda y el que llevaba justo detrás intercambia también unas palabras conmigo.

Echo un ojo al crono... 21:47 en una carrera de más de 5 kilómetros; con las cuestas que tiene el recorrido y con el ultra maratón tan reciente, acabar con un promedio cercano a cuatro minutos por kilómetro es genial.

Estoy eufórico, pero aún no he acabado; le prometí a Mayte que volvería a por ella, así que rodeo la plaza, me coloco, sin molestar, en la última curva, y, mientras animo a los corredores que afrontan su última vuelta y a los que entran ya a meta, la espero.

Me doy cuenta de que no he parado el GPS y lo detengo, aunque si no registra movimiento no aumenta el temporizador (pero como ya me lo dejé puesto en la salida de prueba, intuyo que el tiempo que aparezca a posteriori no será exacto del todo).

Finalmente aparece, corriendo, escoltada por la moto de policía, y me dice, contenta pero muy cansada, que ya es su última vuelta.

Le sostengo la botella del agua y recorremos juntos, por última vez, las misteriosas calles de Puente Genil.

Llegó a meta, la última, pero no se retiró; sin haber corrido nunca más de 3 kilómetros seguidos, su carrera tiene para mí mucho mayor mérito que la mía, algo más de 5 kilómetros y casi y medio, en 39:04, a menos de 8 el kilómetro cuanto entrenando juntos solemos correr a 7; sin palabras, eso es afán de superación y sacrificio.

Primera carrera acabada tras entrenar en menos de 10 ocasiones y sin haber corrido nunca hasta un mes atrás, en una carrera popular pero exigente y con el agravante del severo calor que nos acompañó a lo largo de la misma.

En la plaza de meta nos encontramos con Sara, Alberto y Álvaro, y comenzamos a intercambiar impresiones sobre la prueba mientras esperamos a la ceremonia de entrega de premios, aunque sabemos que ninguno vamos a ascender al podio.

Recordamos que se dijo que habría camisetas para los 50 primeros clasificados, pero por falta de presupuesto o medios, al final hubo menos unidades y se decidió no repartirlas; tampoco me importó mucho, personalmente, la carrera fue gratuita, el circuito fue bonito, no se hizo para nada pesado pese a dar 4 vueltas, tuvimos avituallamiento y el tráfico, de peatones y conductores, cortado durante todo el transcurso de la prueba...

Para ser primera edición no se puede pedir más, es cierto que para la propia organización las camisetas ayudan a darse a conocer para futuras ediciones y al corredor popular es algo que le gusta, pero la mejor publicidad es el trabajo bien hecho, y no creo que nadie sintiese que la prueba dejó que desear en ningún aspecto.

Tras la ceremonia de entrega de premios volvimos al coche, animados, charlando sobre la carrera y sobre futuros encuentros en otras pruebas, que comenzamos a acotar en el calendario.

Nos despedimos de Puente Genil con unas pizzas enormes de una pizzería situada al lado de donde aparcamos el coche, el Pide Pizza (lo menciono porque la relación calidad-precio fue increíble), y nos volvimos a casa finalizando nuestra aventura nocturna en suelo cordobés, tras dejar a nuestros acompañantes en Alhaurín de la Torre (a la primera, esta vez sí).


La pequeña herida provocada por el roce de los granitos de arena en el pie se curó la mañana siguiente, y no tuve agujetas tras la prueba, lo que me hace sentirme bastante en forma (aunque el reloj me lo insinuase, necesitaba sentirlo compitiendo en alguna prueba rápida, a las que no estoy acostumbrado), y acabo muy satisfecho en general con la prueba, el año que viene repito.

Os dejo el resumen de ritmos y tiempos que marcó Strava (en el primer y último tramo sobran segundos, debido a que lo inicié antes y después de acabar la prueba, aún así me ha marcado segundo mejor tiempo personal en 5k desde que lo empleo, a inicios de mes, 18:51).


Os dejo también las clasificaciones de la prueba, para aquellos que quieran consultarla, con mi posición, la de Álvaro, Alberto y Mayte remarcada.

CATEGORIA SENIOR MASCULINO
DORSAL
TIEMPO
Apellidos y nombre
PUESTO CATEGORIA
224
0:19:18
RUIZ MORILLO RAFAEL
1
116
0:19:19
Herrero Pareja JESUS
2
142
0:19:23
IBAÑEZ DE LA ROSA JOSE ANTONIO
3
228
0:19:44
GARCIA QUERO RUBEN
4
208
0:19:55
REIFS BAENA RAUL
5
8
0:20:03
Gaona Delgado Manuel
6
130
0:20:15
RIVAS CONZALEZ RAFA
7
22
0:20:18
HIDALGO SALAZAR BENITO
8
94
0:20:46
HERENCIA CABEZAS, RAUL
9
152
0:20:47
REY MARTINEZ FRANCISCO
10
21
0:20:52
franco ramos,  jose
11
192
0:21:12
Pérez Ariza Jose Antonio
12
47
0:21:22
galvez pariente francisco manuel
13
50
0:21:24
ramos ramlrez jose oscar
14
17
0:21:47
Camacho Fernández Juan Andrés
15
72
0:21:52
BEDMAR ESTRADA, LEONARDO
16
170
0:21:58
MONTERO SANCHEZ DIEGO
17
79
0:22:00
Bracho Amador, Enrique Manuel
18
36
0:22:50
jurado jurado Juan carlos
19
40
0:23:18
reyes torres PEDRO
20
201
0:23:18
gimenez castillo alfonso
21
171
0:23:20
RODRIGUEZ TOLEDANO ANTONIO JESÚS
22
26
0:23:28
RODRÍGUEZ CAMPOS, DOMINGO
23
189
0:23:33
torres hidalgo JAVIER
24
5
0:23:39
Luque Amador Manuel
25
53
0:23:40
LUQUE CARMONA ANTONIO JOSÉ
26
60
0:23:52
Perez Ortiz De Galisteo Miguel Angel
27
61
0:23:52
Merino Torres Manuel
28
65
0:23:52
Cuenca Cabezas JESÚS
29
69
0:23:52
Sanz Prieto MANUEL
30
71
0:23:52
Arjona Prieto, Luis Manuel
31
175
0:23:52
TRUJILLO CÓRDOBA JESÚS
32
178
0:23:52
COSANO MORENO ANTONIO JESÚS
33
202
0:23:52
GARCIA GUILLEN DAVID
34
150
0:24:20
PERAILES TENLLADO JUAN J
35
95
0:24:50
Morillo Pozo, José Manuel
36
214
0:24:50
torres hidalgo mario
37
45
0:24:56
Esalera Franco, Luis Felipe
38
59
0:24:56
NUÑEZ GUTIERREZ,FRANCISCO JOSE
39
98
0:25:10
Jiménez Jaen OSCAR
40
233
0:25:16
GALINDO GAMERO GONZALO
41
110
0:25:32
cabello estepa FRANCISCO ANGEL
42
14
0:25:34
Guerrero Cáceres Francisco Jesús
43
9
0:25:40
lopez serrano jose carlos
44
62
0:26:08
casado diaz  oscar
45
128
0:26:24
PUNTAS MATA ANTONIO JOSÉ
46
129
0:26:24
PUNTAS MATA JESÚS
47
220
0:26:35
SEBASTIANES MORALES ANUEL
48
226
0:26:38
CACERES ANTONIO
49
239
0:26:40
SUAREZ ALBERTO
50
86
0:26:48
RIVAS MARQUEZ DAVID
51
93
0:26:48
Lora Cobos David
52
238
0:26:48
BERRIDO TALAVER ALVARO
53
29
0:27:00
cabezas palos SERGIO
54
160
0:27:10
RIOS RIVAS SERGIO
55
190
0:27:11
luna arroyo ANTONIO
56
118
0:27:15
ruiz ruiz MANUEL
57
103
0:27:47
Cejas Cejas Rafael
58
111
0:27:47
Cejas Villodres Emilio Manuel
59
235
0:27:47
CANELA LOPEZ ANTONIO RUIZ
60
114
0:28:08
GARCIA AGUILAR,ANTONIO ANGEL
61
35
0:28:32
ARTEAGA GARCIA,MANUEL
62
157
0:28:33
Sillero Estrada Jesús
63
148
0:28:48
OGALLA ROMERO VICTOR J
64
135
0:28:56
CARMONA GAMA FRANCISCO
65
229
0:29:26
LARA BASCON DANEL
66
13
0:30:04
ROMERO DELGADO, FRANCISCO JAVIER
67
81
0:30:04
López Rivas, Antonio
68
84
0:30:47
Molina Fernández, José Miguel
69
96
0:33:05
moreno domingo
70
207
0:33:05
BAENA CAPILLA SERGIO
71

CATEGORIA SENIOR FEMENINO
DORSAL
TIEMPO
Apellidos y nombre
PUESTO CATEGORIA
39
0:22:50
Carmona suarez CONCHITA
1
133
0:24:30
AZAHARA OUHADDOU FATIMA
2
136
0:24:31
CARRILLO MORAL CELIA
3
222
0:26:01
LOPEZ GONZALEZ ADREA
4
16
0:28:00
Jiménez Gil Irene Maria
5
236
0:28:05
GAMEZ PEDROCHE MARI DOLORES
6
237
0:28:23
GUERRERO LOPEZ MARIA ANGELES
7
51
0:28:30
estrada rivas maria jose
8
149
0:28:35
GALVEZ SERRANO LIDIA
9
122
0:28:43
MEDINA CIRERA LOLI
10
167
0:28:56
VALVERDE BASCÓN ISA
11
234
0:30:11
VELAZQUEZ AMALIA
12
146
0:30:22
MORILLO BAENA SARA
13
168
0:30:22
VILCHEZ HIDALGO SILVIA
14
147
0:32:03
MUNICIO SANTOS VANESSA
15
161
0:32:03
RIVAS AGUILAR MERCE
16
158
0:33:20
ESOJO RIVAS MARIA
17
24
0:33:53
ARJONA GARCIA, CRISTINA
18
82
0:39:04
Jiménez García Maria Teresa
19

Y para acabar, en cuanto Youtube termine de procesar el vídeo desde dentro de la prueba (va por el 10%), lo publicaré tanto al final de la entrada, como en la categoría "Videoblog".



Un saludo a todos, espero que estéis disfrutando del verano y recargando pilas, ¡ya mismo comienza la temporada!

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