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II Carrera Familiar Solidaria Fuengirola


Al fin, años después, tenía la oportunidad de correr de nuevo en Fuengirola, mi ciudad.

La última vez fue en 2011 si mal no recuerdo, en aquella mañana lluviosa en la que le dimos varias vueltas a la Plaza de la Iglesia de Fuengirola; tuve la oportunidad el 20 de octubre del año pasado, pero coincidía con el Campeonato Andaluz de Media Maratón, en Motril, en el que participaría como promesa por última vez.

Esta vez, sin embargo, nada me impediría correr, y por primera vez, grabaría una carrera desde dentro.

Se me hacía muy raro no tener que conducir durante una o varias horas para llegar a la salida, situada a apenas 10 minutos a paso ligero de mi casa.

Tras desayunar, una tostada bien cargada y un litro de leche con cacao en polvo, me dirigí al puerto deportivo de Fuengirola: Fivefingers en los pies, equipación del club sobre mí, dorsal al pecho, la GoPro en mi espalda, enganchada en el arnés, mis gafas de sol sobre mis ojos y mi inseparable Buff cubriéndome la cabeza.

Mayte me acompañaba, algo más cargada, y mi hermana llegaría poco después.

Al llegar al paseo marítimo ya se notaba el ambiente deportivo-festivo que acompaña a las carreras populares: pancartas de Pinturas Andalucía estaban colocadas al margen de la carretera por la que discurriría la prueba, atletas trotaban de aquí allá con su dorsal bien visible en el pecho, personas mayores y extranjeros miraban con curiosidad el panorama que se encontraban en su paseo matutino...

Mientras tanto, varios atletas, corredores más ocasionales e incluso novatos (la carrera es familiar y solidaria, lo importante es pasarlo bien y contribuir con la causa), emprendían su parsimoniosa y alegre peregrinación hacia el Puerto Deportivo.

Llegando al Hotel Florida comencé a encontrarme a los primeros voluntarios, la mayoría, compañeros del Club Atletismo Fuengirola: José Luis y Míchel en la bajada de entrada al puerto, Fernando padre y Fernando hijo en la rotondita del Parquelandia, más adelante vi a Julio y Marco...

Si, entre otras cosas gracias al blog, suelo ser conocido en las carreras a las que asisto, hoy que "jugaba en casa", más aún, y antes de llegar a meta me había parado a saludar media decena de veces.

Bajo el arco de meta me encontré a Salvador, fotógrafo de El Loco Que Corre, que acudió a la cita deportiva para documentarla gráficamente, como es habitual en las prueba de la provincia (si aún no conocéis su página os la recomiendo completamente, es muy interesante).

Pasamos un buen rato charlando sobre la evolución del atletismo desde que se cambió el "correr" por el "running", con el masivo aumento de pruebas que esto conllevó, así como el masivo aumento de los precios de las inscripciones (que tradicionamente han sido siempre o gratis o simbólicas).

No era el caso hoy, 8 euros solidarios que se entregaban con gusto, pero el hecho de que haya maratones que cuesten ya 80 euros o carreras de 10 kilómetros que cuesten 20 dan buena cuenta del negocio en el que se está convirtiendo, por desgracia, el que es el deporte más completo de todos.

Mientras charlaba con él me encontré con un muchacho al que conozco muy bien, ya que fue una de las liebres de 3:00:00 de la pasada edición de la maratón de Málaga y coincidí con él también en la media de Torremolinos, que se unió a la conversación.

Pese a que ambos competimos habitualmente por la provincia y seguro que nos hemos visto en aún más ocasiones, no recuerdo su nombre a ciencia cierta, en la próxima espero quedarme con él.

Tras la interesante conversación que mantuvimos, me dirigí a una zona donde colgaba una lona publicitando la prueba, donde presenté el vídeo ante la GoPro, antes de comenzar a grabar.


Posteriormente, antes de comenzar la ronda de saludos de compañeros del Club Atletismo Fuengirola, Mayte nos echó una foto a Emma, Marina, su amiga y a mí, minutos antes de que comenzase la prueba de los más pequeños.


Me escabullí entre los compañeros del club, prácticamente todos presentes hoy, bien organizando o bien participando: Isidro, Julio, Marco, José Luis, Rocío, Desi, José Antonio, Míchel, Claudio, Manolo, José Gutiérrez, José Adan, Celso, Cristina, Cuesta, Leo, Carlos, Luis Alberto, Domi, José Manuel, Salva, Fernando Padre, Fernando hijo... (sé que me dejo a varios en el tintero, somos muchos, pero necesitaría un párrafo largo para nombraros a todos) y estuve animando con ellos a los chicos que participaron en la primera de las carreras, de 200 metros.


El tiempo de espera para nosotros se agotaba, aunque no sentía nada de presión, el hecho de correr entre amigos en un ambiente tan alegre y distendido, y además por una buena causa, hacía que más que nervios pre-carrera tuviese esas ganas de echar a correr previas a los entrenos con los compañeros.

Me encontré a Álvaro y Alex justo en la línea de salida, formando tras el arco, a los que deseé suerte antes de comenzar, y me puse con mis compañeros del club, al lado de Antonio Caba, del Club de Atletismo Torremolinos, uno de los favoritos para ganar la carrera junto a Bodo y Claudio.



Julio pidió a los participantes con el dorsal verde (que darían 2 vueltas al circuito y habían acudido de forma participativa) que se colocasen por detrás, para dejar paso a los corredores con dorsal rojo (competitivos, que darían 4 vueltas al circuito).

Tras un minuto de reajuste, se dio la salida, tras una cuenta atrás desde 10 que finalizó con un bocinazo, lo que hizo que arrancásemos en dos tiempos, primero al llegar a 0 y de nuevo al oír dicho bocinazo.



Quería tener un primer plano de la salida y me apetecía salir a tope en mi terreno, así que salí como si de una milla se tratase, llegando a ocupar brevemente la primera posición, desde la zona de las torres hasta casi llegar a la rotonda del final de la zona portuaria, donde Bodo, Claudio y Caba recuperaron el liderato.





Fernando padre nos animó, y posteriormente Fernando hijo y Míchel; ya en el Paseo Marítimo Rey de España, reduje el ritmo que sabía que no podría mantener durante muchos más metros, siendo adelantado por media decena más de corredores (uno del Club Atletismo Mijas y otro con un mono de triatlón por dentro, tomando la curva, y por otros tres por fuera.

Una vez más decidí correr por sensaciones, llevaba el GPS activo en el móvil pero silenciado, para analizar la carrera a posteriori, y pese a que "estabilicé" la velocidad en el paseo, sabía que me estaba dejando llevar demasiado.

José Adán y otros 4 o 5 atletas me pasaron llegando a la playa de la T; estaría ya por debajo de la décima posición, en la que, si llegaba a entrar, efectuaría una fenomenal actuación, pero no llevábamos aún ni un kilómetro recorrido, así que mantuve mi ritmo, impertérrito.

Comencé a girar en la Virgen del Carmen justo cuando Bodo, Caba y Claudio salían de la misma, marcando el primer kilómetro con la impresión de ir, aún, demasiado rápido, lo que certifico ahora al ver que pasé sensiblemente por debajo de 3:45.

Giré, con seguridad (las Fivefingers se agarran genial al asfalto seco, permitiendo pivotar con facilidad) y acometí con ganas la larga recta que nos separaba del Puerto Deportivo, alentado por compañeros, amigos, espectadores y curiosos, tanto desde dentro como desde fuera de la carrera (pero sobre todo desde dentro).

Me había adelantado otro atleta al salir del giro, en el puente del Arroyo Real, y a la altura del Stella Maris Cuesta se puso a la par conmigo.

Habíamos recorrido prácticamente juntos la última carrera popular en la que coincidimos, en el Arroyo de la Miel, así que sabía que nuestro ritmo era similar, pero cuando comenzó a alejarse ligeramente no hice ademán de pegarme a él; quedaban aún 9 kilómetros (algo menos si, como sospechaba, el circuito tenía metros de menos), la mañana era muy calurosa y soleada y la prueba no había hecho más que comenzar.

Alex me adelantó llegando al cruce por el que nos habíamos internado en el Paseo Marítimo al salir del puerto, a un ritmo muy bueno, al igual que en los 101 kilómetros de Ronda, había salido dosificando, y ahora que íbamos camino del kilómetro y medio y yo estaba recuperándome del esfuerzo inicial, él estaba comenzando a acelerar.



Llegando al Burguer King me adelantó un muchacho del Atletismo Almuñécar, y decidí que sería el último que me pasase esa vuelta.

No estaba aún recuperado del todo, pero al girar para internarme de nuevo en el puerto y completar la primera vuelta al circuito me encontraba bastante mejor, capaz de un nuevo cambio de ritmo.

Precisamente en ese giro se acababa el segundo kilómetro, que completé a un promedio de 3:50 minutos por kilómetro, elevado todavía pero mucho más asequible.

Descendí la breve rampita, animado por Marco al final de la misma, y completé la primera vuelta.





Primera vuelta completada y tocaba hacer balance: Salida muy rápida, demasiado, aunque ya lo sabía, pero me estaba recuperando.

Sensaciones en los pies estupendas, como de costumbre al correr con Fivefingers.

Nivel de cansancio bastante bajo, por lo que había decidido apretar ligeramente el paso.

Nivel de sed alarmantemente alto, debido al calor y a mi hoy profusa sudoración, pero en menos de 30 minutos estaría en meta, así que tampoco me preocupaba mucho.

La correa de la GoPro cumplía su cometido, estaba bien ajustada y no molestaba en absoluto, aunque tenía la zona de la camiseta apretada por las correas ya empapada; aun así no me importaría comenzar a grabar carreras desde dentro de forma habitual.

Llegué, cada vez más cerca de Cuesta, a la rotonda del final del puerto, subimos por la pequeña cuesta que nos llevaba al Paseo Marítimo Rey de España de nuevo y deceleramos ligeramente pese a seguir a buen paso (o esa fue la impresión que me dio, me pareció que íbamos a un ritmo más cómodo).

Hasta llegar a la altura del Stella Maris no pasó nada digno de mención, continuamos por la larga recta que nos llevaría al giro de la Virgen del Carmen de nuevo avanzando a buen paso, yo por mi parte muy abstraído, mirando el mar a nuestra derecha y a los corredores a la izquierda, concentrado.

A la altura del Stella Maris me pasó un grupito de 3 atletas, a los que ni intenté pegarme, al ver que iban a un paso bastante mayor al mío, así que una vez que giramos en la Virgen me concentré en alcanzar a Cuesta, que comenzaba a poner metros entre nosotros de nuevo.

A la altura del Stella Maris, ya volviendo, completamos el tercer kilómetro, que atravesé a un ritmo medio de 3:57 minutos por kilómetro.

Noté que bajaba un poco el ritmo, pero no quise evitarlo, me permití varios metros de "descanso" a un ritmo más asequible antes de realizar una nueva acometida.

Comencé a doblar corredores a la altura de los dos chiringuitos que hay en la T, lo que me dio renovadas energías, pese a que sabía que se trataba de participantes en la prueba no competitiva, y al llegar a la altura de la playa de La Cepa dejé atrás a Cuesta y a José Adán, que me dijo que no iría a un ritmo más rápido del que llevaba ya que en dos semanas tiene competición.



Pese al impulso que me daba doblar corredores por un lado y recuperar posiciones por otro, tuve la genial idea de retenerme un poco más, y no fue hasta llegar nuevamente a la zona del Burguer King que comencé a apretar el paso, progresivamente.

Justo en el punto en el que comencé a acelerar, unos 50 metros antes de girar a la izquierda y volver a entrar en el puerto, completaba el 4º kilómetro, que pasé a un ritmo medio de 4:25 minutos por kilómetro, el más lento con diferencia de la prueba.

Sin embargo recuperé una posición en el giro de entrada al puerto, cuando comenzaba a acelerar paulatinamente; no era el único que había comenzado con revoluciones de más.

Entré en la recta de salida, finalizando la segunda vuelta, con ganas de más.




La verdad es que tras las aventuras en distancias de maratón y ultramaratón de los últimos meses, las carreras populares se me quedan cortas en cuanto a emociones, estrategia de carrera, sensaciones, esas batallas agónicas contra mí mismo... pero aún así son uno de mis formatos favoritos de carrera, por el ambiente que rodea la carrera en sí y la competición que se produce dentro de la misma.

Inicio la tercera vuelta a buen paso, recorriendo con energía los metros que nos separaban del paseo marítimo, y aunque reculo un poco al llegar a él debido a la breve pendiente que ascendemos, rápidamente recupero el ritmo.

No obstante me adelanta un corredor, dorsal 145, que me dedica unas palabras de elogio antes de seguir adelante.

Los corredores de la prueba competitiva y los de la participativa estamos totalmente mezclados, pero se puede correr sin mucho problema, ya que, siguiendo las indicaciones de los compañeros del club que están organizando la prueba, se colocan a la derecha de la carrera, dejándonos un pasillo a la izquierda para poder avanzar.

El 5º kilómetro acaba entre los dos chiringuitos de la T, paso por él a un ritmo medio de 4:09 minutos por kilómetro y acelerando.

Me siento fuerte y rápido, giro con potencia en la Virgen y acometo la larga recta hacia el puerto con energía.

Me voy cruzando con amigos y compañeros ambos lados de la carretera, lo que me da un plus de motivación, y llegando a la zona de clubes nocturnos previos al Burguer King finalizo el 7º kilómetro, que he recorrido a un ritmo medio de 3:50 minutos por kilómetro.

Desciendo la breve rampa que nos lleva hacia el puerto por penúltima vez, y paso por meta mientras varios de los corredores de la carrera participativa comienzan a llegar a meta.





Última vuelta, último análisis interior:

Sensaciones en los pies fenomenales, sin problema alguno, pero nivel de cansancio medio-alto, podría mantener la velocidad de ese momento durante varias vueltas mas sin problema, pero si decidiese seguir apretando, como pretendía hacer, no duraría mucho más, tenía que dosificarme inteligentemente para aprovechar al máximo las energías que me quedaban.

Estaba completamente empapado en sudor, con la garganta muy seca, desde el Desafío Sur Torcal no pasaba tanta calor en una carrera, pero no podía desfallecer, estaba a menos de 2 kilómetros de acabar.

Pongo la sexta marcha y en un momento estoy en el Paseo Marítimo, yendo hacia la Virgen del Carmen por última vez, cruzándome con Bodo, que saca una ventaja enorme a Claudio, en segunda posición, camino ya de la meta; en tercera posición, no demasiado lejos, va Caba.

Gano creo que dos posiciones camino a la Virgen, pero es difícil de averiguar ahora que la carrera está tan dividida y compartimos camino corredores a los que he doblado ya dos veces, otros a los que he doblado una vez y otros a los que aún no he adelantado si quiera.

Llegando al primero de los chiringuitos de la T acabo el 7º kilómetro, en 4:05 minutos, de media, continúo, giro por última vez en la Virgen... y me encuentro con Alejandro, compañero de la universidad con el que coincidí en la carrera del Arroyo de la Miel, hace tres semanas.

Se gira para animarme, chocamos las manos y continúo a buen paso, sabiendo que queda una última larga recta y el último giro, que acabará entrando a meta.

El corredor que llevaba detrás desde hacía un par de vueltas me decía que le llevaba con la lengua fuera, pero viendo que tenía fuerzas para hablar le animé a que se pegase, ya que quedaba poco más de un kilómetro de carrera, pero mantuvo un poco de distancia aún así.

En la plaza donde estuvo tantos años el famoso tiovivo del puerto completamos el 8º kilómetro, que cubrí a una media de 4:09 minutos por kilómetro, relajándome, aunque me pese, en ese último tramo.

No veía nadie en la distancia que creyese que pudiese alcanzar por primera vez, y los pasos que oía por detrás correspondían al corredor que animaba, de hecho, a que se pusiese a mi altura, así que iba tranquilo.

Tomé el giro para entrar en el puerto, animado por Marco una vez más, y cuando me preparaba para girar a la izquierda, un relámpago azul pasó a mi lago: José Adán.

Viendo la potencia de su ritmo sabía que no podía alcanzarlo, pero me apetecía batirme en un sprint final, llegando un escaso segundo tras él a meta.



Llegué empapado en sudor, sin aliento, y tras felicitar por su sprint final a José Adán y a Javier (el corredor que llegó justo detrás de mí a meta), me dirigí a por un vaso de agua y uno de isotónica, que me ayudase a recuperar.

El calor fue un factor endurecedor considerable durante la prueba, y yo había acabado relativamente pronto, empleando 33:50 minutos en completar los 8,5 kilómetros de la prueba (según mi GPS).


Mientras Emma, Marina y su amiga llegaban a meta, estuve charlando con los compañeros del club que iban llegando, amigos, conocidos y algunos seguidores del blog, además de, por supuesto, con Mayte, que seguía atenta a la meta por si llegaban las chicas.

Emma llegó a meta en 37:47, en segunda posición femenina absoluta (la primera fue para nuestra campeona Rocío, con 37:31, Marina en 54:24 y Andrea en 55:52.





Pese a haber llegado nuestro grupo completo y el Club Atletismo Fuengirola íntegramente, Mayte Emma y yo nos regodeamos un buen rato más, incluso después de la entrega de premios en la que escalaron al podio Bodo, Claudio y Caba en categoría masculina (los 3 favoritos) y en categoría femenina Rocío, Emma y Caitríona.

El ambiente fue fenomenal, poder correr de nuevo en Fuengirola fue una experiencia estupenda, y dado a que la gente se ha volcado participando, creo que la prueba acabará consolidándose, y puede ser precedente para organizar aún más.

Desde el Club de Atletismo Fuengirola haremos todo lo posible para seguir promoviendo el deporte, sea colaborando u organizando.

A nivel personal, en lo deportivo, sensaciones muy buenas en una calurosa mañana, no noté problema alguno con las Fivefingers, como viene siendo habitual, logré una 12ª posición absoluta y la 3ª local y acabé con un tiempo nada desdeñable.


El promedio real, fiándonos de mi GPS (que tampoco es muy de fiar) fue de 3:59 minutos por kilómetro, pero fuera como fuese, con lo que me quedo es con una mañana estival maravillosa, plagada de buenos momentos con mis amigos, haciendo lo que me gusta y disfrutando de otras de las perspectivas que mi ciudad puede ofrecer, la de correr por ella.

Muchas gracias a todos por vuestros ánimos, vuestros comentarios pre, post y durante la carrera y sobre todo, a mis compañeros del Club Atletismo Fuengirola que han sacrificado la mañana y los días previos al evento para conseguir que le evento fuese un éxito.

¡Sois los mejores!

PD: Gracias a Mayte una extensa galería de fotos de la prueba, en cuanto esté en la red la colgaré en el blog para que todos podáis acceder a ella.

PD2: Como mañana tengo examen no podré editar el vídeo hasta pasado o el miércoles, pero prometo ponerme a ello cuanto antes, avisando del mismo modo una vez esté listo. (la tarjeta se agotó en la misma entrega de premios).

PD3: Vídeo de la carrera desde dentro



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