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La Legión 101km24h, Sábado y Domingo 10-11 de Mayo - Epílogo

Alameda del Tajo, 04:07. Meta.

Ya era Cientounero.

Me costaba creérmelo, tras unos minutos más pasadas 17 intensísimas horas, las más intensas de mi vida, había logrado cruzar la meta.

De nada importaba que mi idea inicial fuese hacerlo en 11 horas, cruzar aquella insignificante línea en el suelo, esos milímetros que separaban a los aspirantes de los cientouneros, fue grandioso.

 No pude llorar; ya lo había dado todo en la carrera y estaba vacío.

La sensación fue una amalgama de alivio y de emoción, había completado una gesta.

Escuché una voz conocida, me giré y vi a Antonio, Javi y Pedro... ¡Increíble! tras vernos en la salida, hacía ni recordaba cuantas horas ya, coincidía en meta con los Cochinos Runners, sin haber coincidido durante esos otros 101.000 metros que recorrimos.

Me abracé a ellos y les di la enhorabuena, tras lo que recibí la felicitación de un legionario con guantes blancos, al que di un buen apretón de manos.

Me colocaron mi ladrillo al cuello, me dieron mi camiseta y mi sudadera, y me dirigí a las vallas del final de la zona de meta, donde Mayte y Emma me esperaban.

Estaba muy cansado, pero había llegado revolucionado y ahora estaba pletórico, tanto que les dije que al llegar a casa los invitaba a churros a todos; parecía que tenía energía eterna.

Me calmaron mientras intercambiaba con ellas atropelladas explicaciones de las anécdotas que me sucedieron durante la carrera y les pedía disculpas por haberles hecho esperar tantas horas y haberlas tenido preocupadas.

Con paciencia casi maternal aguantaron el tropel de palabras que les solté y me inmortalizaron con una fotografía, de un momento que tendré para siempre grabado a fuego.




Les pregunté por Gonzalo y me dijeron que estaba en el coche, durmiendo; que paliza se había pegado el pobre conduciendo durante todo el día...

Tras cambiarme fuimos hasta allí, saludando a los jóvenes que salían o volvían de fiesta, algunos curiosos y varios Cientouneros, mientras, más calmado, Mayte y Emma me contaban sus andanzas durante las horas en las que estuve recorriendo la Serranía de Ronda.

La vuelta a casa se hizo eterna, mi energía se agotó por completo e incluso di alguna cabezada.

Gonzalo, tan apañado como siempre, acercó a Emma al Corte Inglés de Málaga, a Mayte a Las Lagunas y a mí me dejó en la perpendicular a mi calle.

Llegué a las 07:34 de la mañana, estando todo prácticamente igual que como lo dejé cuando me fui, hacía más de 24 horas, salvo que, en esta ocasión, ya había mucha más luz.

Mientras cruzaba el umbral cargado con el frontal, la camelbak, dos mochilas, el cinturón y una bolsa, me llegué a plantear si todo no habría sido un sueño y al despertar estaría a punto de ser recogido por Gonzalo para correr la prueba.

Los calambres en las piernas mientras subía las escaleras de casa me devolvieron a la realidad, aunque, tras más de 25 horas sin dormir y 17 corriendo seguidas (corriendo y andando), la mente comienza a desvariar.

Me descolgué el ladrillo, lo coloqué en la mesa, al lado de la cama, y caí rendido tal y como iba vestido.

Desperté a las 14:30, con el olorcito de la comida y la cabeza embotada, cansado y tras darme una buena ducha en la que el agua salía marrón, más cansado aún.

Lo que más me dolían eran los hombros y la espalda, por el peso de la camelbak, aunque los pies y las piernas tampoco estaban mucho mejor.

Sobre todo los dedos de los pies, tan solo tenía dos ampollas, una por pie, pero la musculatura la tenía muy cargada en las almohadillas de los dedos, más que tras correr el MAPOMA con las Fivefingers. 

Ese día hice poco más que comer, descansar y comunicar al mundo que seguía vivo y lo había logrado.

Tocaba reflexionar sobre la experiencia, ver aciertos y errores y aprender de ellos, así como ordenar los pensamientos e ideas que almacené durante tantísimas horas.

Me hubiese encantado haberme sentado y acabar la crónica del tirón, pero ni hubiese tenido tiempo material (llevo con este 7 días a una media de 3 horas diarias trabajando en ellas) ni el resultado hubiese sido el mismo, así que me alegro de haber tenido la idea de dedicarle una categoría especial y redactarla por fascículos.

Muchas gracias a todos, en primer lugar, por los ánimos y la ayuda recibida en cada momento desde que entré en el estadio de fútbol y hasta que llegué a casa la mañana siguiente, en segundo lugar, por rememorar conmigo esos momentos y seguirme día a día, capítulo a capítulo en mi crónica, y por último, muchas, muchísimas gracias por vuestro apoyo, vuestros mensajes y vuestros comentarios.

Esta noche recopilaré todos los fragmentos en una única crónica para aquellos que prefieran leerla del tirón, y cuando tenga unas horas la maquetaré en formato PDF para que, quien quiera tenerla física o digitalmente, pueda descargarla de forma totalmente gratuita en un momento.

Estas líneas no son un punto y final, son un continuará, porque el año que viene volveré a Ronda, en busca de revalidar el tan prestigioso título de Cientounero.




¡Hasta pronto amigos!

Comentarios

  1. Enhorabuena de otro cientounero novel. Hace ya más de una semana que soy legítimo poseedor de la sudadera de finalista y aún estoy en una nube. ¡Qué experiencia!

    Lo dicho, ¡felicidades, campeón!

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    1. ¡Muchas gracias Leónicas! Ya ves, estoy planteándome hacer colección... el año que viene como no me aten estoy allí de nuevo, pero esta vez con la experiencia de esta edición ;)

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  2. Perdona, se me olvidaba algo: ¿10-11 de abril? Vas a tener que arreglar todos los títulos...

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  3. Enhorabuena Andrés!!!
    El calvario pasado hace que se valore mucho más lo conseguido!
    Verás el subidón el año que viene cuando pases trotando o corriendo por el lugar exacto donde este año ibas exhausto...
    Como te dije en su día: "Has ingresado en un selecto club"
    Bienvenido!!!
    Un abraso!
    Er Domi

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    1. ¡Muchísimas gracias Domi! tu estás a otro nivel ya, ya mismo tienes ladrillos para levantarte una casa ;)

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  4. Enhorabuena Juan! Ya nadie más te tendrá que contar como son los 101...
    Ya te dije que era muy aventurado plantear un tiempo en los 101, jiji....
    Bienvenido a este magnífico mundo del ultrarunning donde la ilusión es una de sus premisas...

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    1. Gracias Juan Carlos, más razón que un santo jajaja
      Ilusión me sobra, ahora ya poco queda hasta el verano, pero en septiembre volveré a dar guerra ;)
      ¡Nos vemos!

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  5. ¡Muchas gracias Miguel! la verdad es que los 101 es otro mundo, es mucho más que hacer dos maratones y una media del tirón, prueba de ello es que han hecho falta varias crónicas para poder expresarlo casi todo...
    Muchas gracias a todos por leerlos, espero haber sabido acercar el carácter de la prueba con la narración, la experiencia fue durísima, pero aparte de recomendarla, ya quiero volver =)

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