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Transición al minimalismo (semana 5) - Objetivo: XXIV Media Maratón de Málaga'14


Totalmente recuperado tras la maratón de Sevilla las competiciones de la semana pasada me enfrento a mi primera semana de entrenamiento de mi plan de 10 semanas para los 101 kilómetros de Ronda, y como no podía ser de otra forma, al menos una vez en semana seguiré entrenando con las Fivefingers.

La transición para la media de Málaga va muy bien, pero esta semana quería probarme repitiendo el entrenamiento de hace dos semanas (30 minutos y volver, tratando de hacer la vuelta más rápida) para, además de constatar que estaba en la misma forma que antes de correr el maratón, que estoy listo para llevar mis entrenos con minimalistas más allá de la hora de duración.



Se que diréis "¿pero no es contraproducente correr más de la distancia que quieres competir, y tu vas a correr una media?"

Puede ser, pero mi objetivo a largo plazo es el ultrafondo y ya la semana que viene haré, en mi sesión más corta, algo más de hora y media, así que quería comprobar que no tendría problemas aumentando la distancia.

Si no quiero renunciar al minimalismo ahora que me esperan sesiones titánicas (y más conforme avancen las semanas) tengo que constatar que estoy preparado antes de dar un paso más.


A diferencia de las primeras semanas en las que estuve entrenando con minimalistas, hoy tuve que entrenar de tarde, bastante tarde, y habiendo almorzado a las 13:00, ya que no he tenido otro hueco entre clase y clase (es lo que pasa cuando cursas dos años académicos en uno, el tiempo es un bien escaso), así que cuando he salido a entrenar estaba hambriento y cansado sin necesitad de dar un solo paso.


Aun así me apetecía mucho salir a correr y despejarme, así que la verdad es que no le di muchas vueltas.


Llegué a casa, me cambié y puse rumbo a Torremuelle, tratando de llegar lo antes posible adonde fuese que llegase para poder volver, ducharme y cenar.


Pese a que la temperatura no era fría (unos 18º) un fuerte viento, que se alternaba entre de cara y lateral me dejó helado hasta que dejé atrás la Avenida Jesús Santos Rein.


Pasé el primer kilómetro a 4:55, sin molestias ni problemas de ningún tipo, ya iba en "piloto automático", pensando en muchas cosas pero en nada en concreto.


Iba muy concentrado, y sabía que tendría que pensar en cosas concretas (como una exposición que tengo mañana y me hubiese venido bien repasar mentalmente mientras corría), pero me era difícil concentrarme en un único pensamiento, así que dejé que el torrente de ideas, recuerdos y pensamientos fluyese sin problema.


Por instinto, ya que trataba de mantener un ritmo uniforme pero el frío empezaba a atenazarme, aceleré un poco al entrar en la Avenida de las Gaviotas, y mantuve ese ritmo más elevado concentrándome en la pisada y la respiración, y poco más.


Pese a las cuestas que fui afrontando, me moví entre 4:37 y 4:48 hasta que di la vuelta, no hubo una diferencia realmente significativa con respecto a otros días (hace 2 semanas, por ejemplo, en ese mismo tramo me moví entre 4:31 y 4:59, oscilación  bastante mayor).


Pasé el punto en el que volví en mi primera semana de transición al minimalismo en 20:00 (en el semáforo de la cuesta de los elefantes), mientras subía a muy buen ritmo, lo que me hizo vaticinar que posiblemente superaría la marca establecida hace dos semanas.


Pero al llegar a la cima del hotel de los elefantes el viento se hizo aún más persistente y fuerte, soplando de repente de frente, de repente de lado y de repente desde atrás, forzándome a ajustar mi velocidad para mantener un ritmo uniforme.


Conforme me acercaba al hotel Playabonita el viento comenzó a soplar más de lado, empujándome hacia el acantilado donde rompen las olas, por lo que me vi obligado a correr desplazándome hacia la izquierda cada pocos pasos.


Mientras luchaba con el viento me llegó un olor a alquitrán desde lejos, y al coronar la curva que hay en la rotonda de la Carretera de Cádiz que asciende hacia el castillo de las Águilas vi que estaban asfaltando el camino.


Me gusta subir por ahí a la Stupa de la iluminación y hasta ahora no lo había visto en mal estado, en fin...


Ya veía muy difícil igualar la distancia obtenida en la última tirada por tiempo de 30:00, y en efecto, me quedé a algo menos de 100 metros de la parada de autobús de la rotonda del barco, al lado del hotel Playabonita.


Me giré, notando el viento de cara (¿cómo es posible que me pille de cara corra hacia donde corra?) y me dispuse´a volver.


Entre el hambre y el fresco (ya no notaba tanto el frío, aunque el viento seguía siendo molesto) me decidí a afrontar la vuelta a un ritmo algo mayor que la ida, especialmente en los 3 últimos kilómetros.


Aunque ya hace bastante tiempo que no me importa correr sobre asfalto, losetas o cualquier superficie con calzado minimalista, me siento más rápido cuando corro sobre asfalto, así que llegando a la Avenida de las Gaviotas a la vuelta me puse en el margen de la carretera y apreté el paso.


Pasé sobre varios guijarros y algún que otro cristal, pero sin ningún problema, aunque a un kilómetro de casa noté que pasaba algo raro en mi pie izquierdo.


No me molestaba aunque era una sensación rara, simplemente seguí corriendo.


He tenido mejores finales en los últimos kilómetros, pero en global, llegué a casa de 59:07, casi un minuto más rápido que a la ida, y con el persistente viento acompañándome en mi entrenamiento.


De ritmo promedio hace dos semanas fui mejor, esta he ido 3 segundos por kilómetro de media más lento, pero teniendo en cuenta el viento y el cansancio previo al entreno, creo que estoy al mismo nivel que antes de correr la maratón, o incluso levemente mejor.


La molestia del pie izquierdo fue provocada por una ampollita que me ha salido dentro de la ampollita que me salió en la media de Álora (Mandamiento número uno del corredor, NUNCA hagas experimentos el día de la carrera).


Tengo los pies más fuertes que nunca, y ni si quiera me la había notado, pero tras pinchármela para que expulsase el líquido, me duchase y e relajase, noto una ligera molestia al apoyar el pie.


Menos mal que mañana toca descanso, si no iba a tocar una de esas tiradas épicas, y no precisamente por el ritmo...


Bueno, sin alargarme más, os dejo la ruta que he seguido hoy:




Y, como todas las semanas, mi evolución en la transición al minimalismo:



Esto es todo por ahora, este fin de semana me enfrentaré a un desafío que no había hecho nunca, competir 2 veces en menos de 12 horas...


Son distancias de cerca de 10 km, trail nocturno y carrera urbana, pero creo que podré acabar bien ambas, y si no, ritmo de tirada larga y a sufrir un poquito.


¡Un saludo, salud y kilómetros!

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