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XXXV Carrera Popular Feria de Mijas


Creo que para todos los atletas de la zona de Fuengirola, Mijas, Benalmádena, Torremolinos y municipios colindantes, la carrera de la feria de Mijas es, por excelencia, el evento que marca el inicio de la temporada.

Es una carrera corta pero exigente, tanto por la superficie mixta de asfalto y adoquines como por el desnivel que presenta el circuito, que muchos corredores, entre los que me incluyo, usan como “test” para probar las piernas tras un verano en el que, tras recibir un merecido descanso, ya tenemos que volver a activar.


Para mí siempre ha sido ese punto de transición entre los últimos entrenamientos pachangueros del verano y los primeros entrenamientos serios de septiembre, y este año con más razón, puesto que a partir de mañana voy a comenzar mi entrenamiento para llegar en forma a la IV Maratón Cabberty Ciudad de Málaga, que va a ser mi primera maratón.

Empecé a correr allá por el verano de 2007, y en el 2008 debuté en esta carrera, en la que hasta el día de hoy siempre había conseguido trofeo, balanceándome entre el segundo y el tercer puesto del podio en diferentes categorías.

Normalmente siempre corro esta carrera acompañado por mi padre y apoyado por mi familia, pero este año debido a una depresión que arrastra mi padre de unos meses atrás hasta estas fechas, comenté a un amigo, Kevin, que si quería debutar en el mundillo del atletismo participando en la carrera, y a una amiga, María José, si quería asistir como espectadora, aceptando ambos de buen grado.

Llegamos temprano y conseguimos aparcar a la entrada del pueblo, tras lo cual nos dirigimos a la plaza Virgen de la Peña para recoger los dorsales.


Mientras se disputaban las carreras de categorías inferiores fui saludando a los compañeros del Club Atletismo Fuengirola que iban llegando, y nos íbamos poniendo al día tras mi parón en el atletismo debido a mi estancia en los Países Bajos de finales de Enero a finales de Junio de este año.

Finalmente se nos llamó a línea de salida, y tras muchos meses volví a notar ese leve cosquilleo en el estómago que va desde que comienza la espera bajo el arco de meta hasta que suena el pistoletazo de salida, que no tardó en llegar.


Salí desde atrás y al principio tuve que abrirme paso con cuidado de no llevarme por delante a unos muchachos jóvenes que se habían colocado un par de personas por delante de mí, pero no llegué a pisar el acelerador a fondo, consciente de que iba a encontrarme con una cuesta nada más empezar la carrera.

Cuando recorrimos aproximadamente unos 500 metros empecé a apretar el ritmo, y pasé a Manolo, compañero del club de atletismo, que llevaba un ritmo realmente bueno, y cuando giramos en la cuesta para comenzar la vuelta a la plaza, a Rocío, una compañera que respiraba fatigada pero que tras dar un pasos andando recuperó la marcha rápidamente.

A los pocos metros me encontré andando a Musta, un chico al que entrené hace un par de años en el instituto Villa de Mijas, y que tiene un buen futuro como futbolista, pero casi más como atleta, ya que en las dos últimas ediciones ha entrado por delante de mí a meta.

Lo animé y tras adelantarlo me pasó él a mi, a un ritmo frenético, que ni si quiera me atreví a igualar durante uno metros para ponerme a su ritmo, sencillamente seguí con el que llevaba esperando el momento para acelerar.

Mientras las calles serpenteaban y nos íbamos acercando al tramo final de la carrera, metí la última marcha, y tras bajar la primera cuesta que subimos inicié un sprint progresivo hasta la meta, en el que pasé a varios corredores que habían forzado más de la cuenta durante la primera mitad de la carrera.


Por desgracia, como me ha pasado más veces de las que me gustaría recordar, se me pasó parar el crono al llegar a meta, y me di cuenta cuando ya me había bebido medio botellín de agua del puesto de avituallamiento colocado tras la meta. En este punto el crono marcaba 10 minutos 02 segundos, pero supuse que habría invertido alrededor de 9 minutos 50 segundos en completar los 2 kilómetros y medio de prueba.

Mientras recuperaba el aliento y me rehidrataba, me acerqué a la zona donde esperaba María, y fui animando a los compañeros que llegaban a meta, mientras Kevin, que estaba a punto de completar su primera carrera, se acercaba, atreviéndose incluso con un sprint, a la meta.


Una vez que apuramos del todo las botellas de agua decidimos ir a la plaza, dónde tendría lugar la entrega de premios, y nos colocamos a la sombra, ya que el calor era elevado, aunque sin llegar a sofocar, como en otras ediciones.

Mientras se repartían los premios a las categorías inferiores decidimos echarnos una foto nosotros, ya que, independientemente de que al llegar a la categoría promesa nos llamasen o no, el hecho de que Kevin acabase su primera carrera física y anímicamente bien era una victoria tanto para él, por supuesto, como para mí, que lo estoy introduciendo en el mundillo.




Entre tanto, comenzamos a cambiarnos, ya que las camisetas ya habían empapado todo el sudor, y empezamos a ojear la bolsa del corredor, en la que encontramos una revista deportiva.

Entre risas y bromas comentamos que si el año que viene Kevin sigue corriendo, vamos a ir los dos a Bilbao, yo a correr la Maratón y el a hacer la Media Maratón, espero que el año que viene por estas fechas siga en pie el plan, sería buena señal.

Por fin fue el turno de los atletas promesas, y mi sorpresa fue mayúscula cuando me llamaron a podio a recoger el primer premio, y más a aún la de Kevin, al que llamaron a recoger el trofeo de subcampeón promesa.


Creo que ninguno de los dos nos lo esperábamos, yo porque nunca había sido campeón en ninguna categoría en la prueba, y él porque era la primera vez en su vida que participaba en una carrera. Nuestras caras lo reflejan a la perfección en la siguiente fotografía…


Además del trofeo nos llevamos premios y regalos, por lo que fue una jornada redonda, sin duda un inicio de temporada excelente en el que además de hacer una buena carrera me reencontré con viejos amigos, como los compañeros del club de atletismo, Rubén Espejo u Osama Rmidi, me llevé una copita para casa, y sobre todo, unas muy buenas sensaciones y una motivación elevadísima.

Sin duda ha sido el mejor inicio de temporada que he tenido en mucho tiempo.

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